Luchando con el pecado

Q Todos los dias lucho con un pecado en particular que parece tener una fortaleza sobre mi. Yo cometo este pecado en particular porque me gusta. Yo se que no es bueno pero lo hago de todas maneras… porque me gusta hacerlo. Despues que lo cometo me siento culpable y con remordimiento. Yo me arrepiento y le pido a Dios que me perdone, pero solamente para volver a cometerlo de nuevo. Es como si hubieran dos yo guerreando uno contra el otro. Se ha vuelto un circulo vicioso. Algunas veces pareciera que estoy luchando una batalla que voy a perder. Me siento tan frustrado.
A Primero que todo, deje ya de estarse maltratando a usted mismo. Todos pecamos, y todos cometemos los mismos pecados una y otra vez. Aun el poderoso Pablo tuvo ese problema. «Porque el desear el bien esta en mi, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero» (Romanos 7:18-19).

Las unicas personas hipocritas entre nosotros son las que niegan tener problemas similares al suyo. Para algunas de ellas es comer demasiado, o beber en exceso. Otras no pueden controlar sus temperamentos, o sus lujurias, o su envidia, o su orgullo. Todavia otras tienen idolos que no pueden desechar, como sus posesiones, sus cuentas bancarias, o sus actividades de recreacion. Si el pecado no fuera placentero no tendriamos problemas negandolo.

Lo mas importante para nosotros es recordar que esta vida no es acerca de complacernos a nosotros mismos. Es acerca de agradecerle a Dios por habernos salvado. Eso lo hacemos al adoptar un comportamiento que le complace a El. Una forma de dejar que el pecado nos guste tanto es aprender a complacer a Dios mas que complacernos a nosotros mismos. Eso requiere mas conocimiento acerca de lo que El nos salvo como tambien para lo que El nos salvo. El nos salvo al haber pagado el precio del castigo por todos los pecados de nuestra vida. Y El nos salvo para darnos una vida de eterno jubilo y alegria con El. Mientras mas sepa usted acerca de lo que esas dos cosas realmente significan, mas motivos tendra para complacerlo a El.

Pero ninguna persona en la Tierra es perfecta, de tal manera que cuando usted peca, confiese su pecado y reciba el perdon (1 Juan 1:9). Para Dios eso es el fin del asunto y El olvida que eso alguna vez sucedio. Usted debe hacer lo mismo para usted. Centrese en estas cosas y muy pronto encontrara que ya no esta pecando tanto y que usted estara en camino a lograr la victoria que tanto desea.