Arrepentimiento y salvación

Q Estoy estudiando el Libro de los Hechos, y algo me ha sorprendido cuando lei los primeros 10 capitulos. En la iglesia inicial, cuando el Espiritu Santo venia sobre los nuevos convertidos, no se menciona nada acerca de quebrantamiento ni arrepentimiento por el pecado. ?Me podria usted explicar eso ya que esos sentimientos fueron un componente importante de mi experiencia y he llegado a entender que el arrepentimiento es una precondicion para nacer de nuevo?
A La confusion se encuentra en nuestro malentendido del significado de arrepentimiento como se usa en la Biblia. La palabra griega metanoeo se traduce como arrepentirse. Literalmente significa un cambio en la manera de pensar.

Cuando Juan el Bautista les decia a sus escuchas que se arrepintieran para ser perdonados (Lucas 3:3) el estaba tratando que ellos cambiaran su manera de pensar acerca de la necesidad de un salvador.

En Hechos 2:36 Pedro estaba persuadiendo a sus escuchas a que cambiaran su manera de pensar acerca de quien era Jesus.

Con frecuencia las personas incredulas no creen que son pecadoras y por consiguiente no sienten la necesidad de un Salvador. Solamente despues de cambiar su manera de pensar es que esas personas son receptivas a la idea de sea salvas.

En muchos casos el quebrantamiento que sentimos realmente le sigue a la experiencia de la salvacion conforme el Espiritu Santo nos trae un nuevo conocimiento sobre nosotros mismos. Pero con el correr del tiempo el cambio de manera de pensar y el quebrantamiento se han entretejido de tal manera que comunmente definimos incorrectamente que el arrepentimiento incluye ambos.

Algunas personas usan la senal visible del quebrantamiento y contricion como evidencia de que la persona es sincera al pedir ser salva. Otras incluyen los cambios en el comportamiento como una evidencia del arrepentimiento. Pero como usted puede ver de su estudio de Hechos, ambas cosas son inventos humanos que no tienen respaldo en las Escrituras.

La unica precondicion clara para la salvacion que nos brinda la Biblia es «Creer en Aquel que El ha enviado» (Juan 6:28-29).