Al leer Genesis 4:4-7 podemos ver que tanto Cain como Abel tenian conocimiento de presentar ofrendas a Dios y ellos sabian la clase de ofrenda que era requerida. Cuando Dios rehuso la ofrenda de Cain, El le dijo a Cain que si el hacia lo correcto el seria aceptado como lo era su hermano, pero si no el pecado estaba listo para dominarlo.
Y de Genesis 7:2 vemos que Noe sabia la diferencia entre animales limpios e inmundos. En el desierto, Dios y Moises pusieron por escrito la Ley que habia sido entendida por el ser humano desde el principio.
Y en Romanos 2:14-15 Pablo dijo,
«Porque cuando los gentiles, que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que la ley demanda, son ley para si mismos, aunque no tengan la ley; y de esa manera demuestran que llevan la ley escrita en su corazon, pues su propia conciencia da testimonio, y sus propios razonamientos los acusaran o defenderan.»
Entonces, ya sea que haya oido la Ley de Moises o no, el ser humano de manera intuitiva sabe reconocer entre el bien del mal y se hace responsable ante Dios al llegar a la edad del uso de la razon.
Eso nos lleva de vuelta a Romanos 7:9 donde Pablo dijo,
«En un tiempo, yo vivia sin la ley, pero cuando vino el mandamiento, el pecado cobro vida y yo mori.»
El estaba en lo correcto al decir eso, puesto que al igual que todos los ninos, el nacio con vida eterna. En tanto que el era menor de edad para comprender el proposito y el castigo de la Ley, el no era responsable por sus violaciones a la misma. Una vez que crecio lo suficiente para entender, el se hizo responsable por el castigo de sus violaciones, el cual es la muerte.
Al igual que todos nosotros, su unico remedio era el nacer de nuevo, y en ese momento sus castigos fueron transferidos a Jesus y el tenia vida eterna de nuevo (Juan 3:16).