Condenando la música cristiana contemporánea

Q El pastor de una iglesia que visite recientemente dio un sermon de como toda la musica contemporanea cristiana, especialmente la musica rock cristiana, no es una forma aceptable de musica de alabanza, y el mantiene que Dios no se complace con ese estilo de musica de alabanza. Su argumento es que puesto que la musica rock se «origino para el proposito del pecado, la oscuridad y la inmoralidad sexual», la musica rock es un arbol malo que solamente puede producir frutos malos. El dijo que a pesar de que algunas personas cristianas que son musicos son sinceras en lo que hacen, aun asi estan produciendo musica pecaminosa porque la musica rock fue hecha «con el unico proposito del pecado, la oscuridad y la corrupcion.»
A Ese pastor esta emitiendo una opinion basada en sus propias preferencias personales. Alguna de la musica de alabanza mas antigua consistia en lo que ahora llamamos los Salmos. Cuando se cantaron la primera vez en el Templo, era una musica contemporanea.

Lo mismo es cierto con los himnos tradicionales. Cuando se cantaron por primera vez en la Iglesia eran composiciones contemporaneas, y algunos de ellos eran canciones seculares cuya lirica secular se sustituyo con lirica cristiana. (A la inversa, alguna musica rock & roll realmente se adapto de la musica gospel surena.)

El punto es que todos los himnos tradicionales de hoy fueron musica contemporanea en algun momento. La idea de que Dios detuvo el reloj de la musica de alabanza aceptable hace algunos cientos de anos, no puede ser respaldada.

En lo personal, a mi me gustan tanto los himnos tradicionales como la musica contemporanea de alabanza. Mi manera favorita de alabanza es con una mezcla de lo mejor de ambos. Pero Dios no condena a nadie debido a la musica de alabanza que cantan. Las personas se condenan a si mismas por rehusar aceptar la sangre de Jesus como el pago por sus pecados (Juan 3:18).

«?Canten alegres la SENOR, habitantes de toda la tierra! ?Sirvan al SENOR con alegria! ?Vengan a su presencia con regocijo!» (Salmo 100:1-2).