El Relato del Creador

El Relato del Creador

El primer libro de la Biblia es en realidad una recolección de las historias de diez hombres y su Creador. Nuestro Señor nos cuenta Su relato en Génesis capítulo 1:1 al 2:3, y después de eso, cada historia comienza con la frase “Estas son las generaciones de…”

La historia de Adán comienza en Génesis 2:4 y continúa a través del capítulo 5 y explica porqué la narración de la creación difiere un poco del capítulo 2 con el capítulo 1.

La historia de Noé se cuenta en los capítulos 5 al 9, con las narraciones de sus hijos Sem, Cam y Jafet, en el capítulo 10 y parte del 11.

La historia de Sem comienza en el 11:10 y termina en el 11:26.

La historia de Taré cubre los capítulos del 11:27 al 25:11 y en realidad es la narración de la vida de su hijo Abraham.

La historia de Ismael solamente ocupa siete versículos, 25:12 al 25:18, mientras que la historia de Isaac comienza en el 25:19 y continúa hasta el final del capítulo 35. Mucha de la historia de Isaac describe la vida de Jacob.

El Hijo mayor de Isaac, el gemelo de Jacob, solamente ocupa un capítulo, el 36, y luego el resto del libro de Génesis muestra a Jacob narrando la historia de sus doce hijos, con José en el papel principal.

Yo estoy firmemente convencido, basado en los descubrimientos arqueológicos y otras fuentes fuera de la Biblia, que Moisés poseía las narraciones de todos estos hombres cuando las recopiló en el Libro de Génesis.

El Relato del Creador. Génesis 1:1 a 2:3

En el principio Nosotros creamos los cielos y la tierra. Digo Nosotros porque Mi Hijo, a Quien ustedes llaman Jesús, y el Espíritu Santo, estaban allí Conmigo. Nosotros no lo formamos tomando partes de otras cosas, o haciéndolo de algo más, o sentándonos y observando como los pedazos y las piezas lentamente se unían unas con otras, sino que lo creamos directamente de la nada.

Nosotros somos los únicos que podemos hacer eso. Y si lo digo Yo mismo, era perfecto, una bella obra de arte, todo en orden y armonía.

Pero entonces, uno de mis más cercanos subordinados, el que guardaba Mi trono y dirigía a los ejércitos celestiales en alabanza y adoración, y al que le había dado el Planeta Tierra como su hogar, se rebeló en Mi contra e intentó tomar para sí mismo lo que Yo le había dado gratuitamente. Él quería poseer la Tierra y su atmósfera, para ser su dueño y su dios, y no solamente hacer uso de ella.

Así que como solamente puede haber una voluntad en Mi Creación, y Yo soy el único Dios, cuando este ser convenció a un montón de ángeles que se unieran a su rebelión, Yo pronuncié juicio en su contra, y en un instante, Mi bella tierra se convirtió en una ruina inhabitable, desolada y caótica. Él y sus compinches fueron dejados allí, en la oscura y ardiente ruina, sin poder hacer nada para restaurarla.

Recuerden, Nosotros somos el único Creador. Finalmente, él me emplazó diciéndome, “No es justo, Tú no nos amas”. (Suena parecido a uno de los hijos de ustedes, ¿verdad?)

Justicia Perfecta y Perfecto Amor

Como resultado, Yo implementé cuatro refutaciones. Primero, Yo volví a crear mi bello planeta, una cosa que hizo que los ejércitos celestiales gritaran de gozo. Luego, Yo creé al hombre, un ser grandemente inferior a mis ángeles, pero compartiendo con ellos las cualidades de la vida eterna, intelecto y emociones, y con la habilidad del libre albedrío.

Tercero, Yo publiqué Mi Ley, prometiendo que todo aquel que la cumpliera a la letra, pasaría la eternidad Conmigo, disfrutando de eternas bendiciones, pero cualquiera que si quiera rompiera uno sola de mis leyes, sin importar quien era él o ella, pasaría la eternidad en un lugar de castigo, apartado para siempre de Mí y de Mi Amor. Yo hice eso para mostrar que Soy eminentemente justo. Cada quien obtiene lo que se merece.

Finalmente, sabiendo que Mis normas son muy altas para que cualquier persona pueda cumplirlas y que todas ellas estarían sujetas a juicio, Yo determiné castigarme a Mí mismo por sus violaciones a Mi ley en la Persona de Mi Hijo, prometiendo así el perdón sin prejuicio, para todas aquellas personas que aceptaran Su expiación vicaria en fe, y no solamente dispensándolas del castigo que merecen, sino bendiciéndolas como si nunca hubieran roto Mi Ley en primer lugar. Eso anuló para siempre la acusación de que Yo no amo Mi creación.

Los Seis Días de la Creación

Mi primera acción del paso uno fue restaurar la luz. Eso no fue simplemente una acción de traer la luz a lo que estaba en la oscuridad, sino también traer la verdad a lo que estaba en la ignorancia o en el engaño.

El Mí ahora enemigo jurado y sus seguidores, también sabrían quién era Dios y quien no lo era. Puesto que esa fue Mi primera acción para restaurar el orden del caos, Yo creé la palabra noche de la raíz que significa caos y la palabra mañana de la raíz que significa orden. (Yo creo que ustedes se han dado cuenta de que hablo hebreo.) Luego hice que el día diera comienzo al caer la noche para simbolizar esto.

Cada mañana, cuando amanece, el orden es restablecido del caos, la conciencia se transforma de lo inconsciente, y lo que estaba oculto, u oscuro, se vuelve claro. Este fue el Día Primero, y Yo pronuncié que era bueno.

Ya que el universo está lleno de rayos ultravioleta e infrarrojos que pueden ser dañinos para la humanidad, y de fuertes vientos que pueden causar tormentas, seguidamente Yo creé una atmósfera protectora alrededor de la tierra al formar un toldo de vapor de agua que la rodeaba y desviaba estos rayos y vientos peligrosos. Le llamé a la expansión entre la superficie de la tierra y ese toldo de vapor de agua, cielo. Esta protección les fue atractiva a los seguidores de mi enemigo, quienes de inmediato la ocuparon. Por eso es que Yo no pronuncié mi obra del Día Segundo, como buena.

En el Día Tercero Yo hico dos cosas. Primero separé la tierra del agua para darle a mi pueblo un lugar seguro para vivir. Luego hice que creciera toda clase de vegetación para proveerles alimento. Esto me agradó tanto que pronuncié mi obra como buena dos veces, y desde ese momento en adelante, mi pueblo escogió ese día, el Martes, el tercer día de la creación, como el día de la bendición doble, y como el día preferido para casarse.

En el Día Cuarto Yo creé los depósitos para albergar y reflejar la luz que había restaurado en el primer día. Al depósito más grande de luz le llamé Sol, mientras que al más pequeño que refleja la luz, le llamé Luna. Yo hice esto para establecer un ciclo regular para la vida que estaba brotando y para inculcar un mayor sentido de orden al caos.

Ahora es un buen momento para “explicar” que a lo largo de este proceso, establecí ciertas leyes “naturales” sobre la Tierra. Una de esas leyes ha sido llamada la Ley de la Entropía, la cual estipula que con la ausencia de un control externo, el orden siempre se vuelve en caos. La ropa se gasta, las casas necesitan mantenimiento y reparaciones, las montañas se erosionan, la maleza crece en el jardín, y la lista continúa.

Pero en cada uno de los seis días de la creación, la ley de la entropía se reversa. El orden procede del caos. Lo que está desordenado se convierte en un diseño. La noche se vuelve mañana. ¿Qué mejor testimonio necesita una persona para ver la verdad de la creación sobre la mentira de la evolución?

En el Día Quinto Yo creé un ambienta aún más rico para mi pueblo, al poblar la tierra y el mar con toda clase de animales, aves y peces. Recuerden que al principio el hombre era vegetariano y existía una armonía y aún una comunicación entre todas las especies. Esto también era bueno.

Finalmente en el Día Sexto coroné Mi creación con el hombre. Le di a la humanidad un sentido de Mi misma imagen para que pudiera disfrutar Mi Creación como Yo la disfrutaba, y para que también Yo pudiera tener comunión con ella. Como lo había hecho con todas Mis criaturas vivientes, Yo hice versiones masculinas y femeninas, macho y hembra, con capacidad reproductiva y modifiqué el acto de creación por el de procreación, para que pudieran multiplicarse y llenar la tierra.

Luego coloqué a cargo de todo al hombre, dándole dominio sobre Mi creación, como anteriormente se lo había dado a mi enemigo jurado.

En el Día Séptimo Yo descansé, toda Mi obra de la Creación fue terminada y el modelo del orden extraído del caos fue finalmente establecido. En seis distintos actos de creación Yo había demostrado Mi poder sobre el “orden natural”. Yo pude haber hecho todo esto de una sola vez, en un abrir y cerrar de ojos, pero Yo no quería que quedara ninguna duda sobre Mi identidad, porque Yo Soy Dios y no hay otro. Y así, al descansar Yo coloque en su lugar todos los sistemas y los ciclos que desde entonces gobiernan Mi Creación, y desde ese momento en adelante, el hombre tendría seis días para hacer su trabajo y uno para descansar.

La luna y el sol anunciarían la noche y la mañana de cada día de 24 horas, y la luna también definiría el número de días de cada mes y el sol numeraría los días de todo un año.

Esta referencia de “espacio-tiempo” nunca cambiará durante toda la era del hombre. Es un sistema único en el Planeta Tierra y absolutamente esencial para la supervivencia de cada cosa viva que mora aquí. Así ha sido desde el comienzo de la creación.