Pentecostés y el Rapto de la Iglesia

«Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu» (1 Corintios 2:9-10). Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 10/05/2008.

Una Perspectiva por Jack Kelley

Empiezo diciendo que no creo que el Rapto deba necesariamente de suceder en alguna festividad judía, porque yo creo que el Rapto es un evento numérico específico y no un evento con una fecha específica. De mis estudios he llegado a la conclusión de que el Rapto no está conectado a ningún otro evento de los últimos días, como tampoco está «programado» para suceder en un día específico, y ciertamente no durante una de las festividades judías, las cuales hasta el momento se han cumplido de una forma significativa para Israel, y las cuales se identifican fácilmente por adelantado.

La clave para la ocurrencia del Rapto se encuentra en Romanos 11:25 en donde Pablo utiliza lo que yo creo que son dos frases cuidadosamente seleccionadas en su escrito, «ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles».

La primera frase es «la plenitud», o el número completo. Ese era un término náutico que describía el número de soldados y marineros que tenían que estar contratados y a bordo para que el barco pudiera zarpar. Tan pronto como ese número de gente se completaba el barco se hacía a la mar, pero no antes. Los últimos miembros de la tripulación generalmente se obtenían de forma sospechosa, pero el barco no zarpaba sino hasta que todos se encontraban a bordo. De hecho, nadie sabía el día o la hora de zarpar, y el barco generalmente zarpaba a la media noche antes de que los miembros de la tripulación más recientemente «contratados» se dieran cuenta al despertarse de la borrachera y descubrir lo que les había sucedido.

La otra frase es «haya entrado». Este es otro término náutico que significa «llegar a su destino». Usted probablemente haya escuchado a alguien decir, «Estoy esperando que llegue mi barco» que quiere decir que está esperando que su fortuna llegue a su destino, en este caso, a su cuenta bancaria. Es un juego de palabras que se originan de este término.

Cuando junto todo esto, yo creo que Pablo estaba diciéndonos que el Rapto es un evento numérico específico y no uno con una fecha específica, y es por eso que nadie sabrá ni el día ni la hora. Esto es aparentemente «la plenitud» de los miembros de la Iglesia y cuando la totalidad de los mismos haya llegado a su destino, el cielo, y entonces el Señor se volverá de nuevo a Israel, y su ceguera será quitada, y Él cumplirá los últimos siete años de la historia judía, la Semana Setenta de Daniel.

Habiendo dicho eso, y puesto que nadie conoce el número completo, nadie puede adivinar ni el día ni la hora de la partida de la Iglesia. Pero tan pronto el número total de creyentes vueltos a nacer se complete, la Iglesia estará lista para zarpar a su destino sin importar el día ni la hora en que eso suceda. Entonces, los eventos programados de los últimos tiempos pueden empezar a suceder, porque todos están engranados para completar dos cosas para Dios. Una es disciplinar a Israel y la otra es destruir completamente el mundo incrédulo (Jeremías 30:11), y la Iglesia no tiene parte en ninguna de las dos.

Pero como Pentecostés lo celebra la mayor parte de la iglesia occidental este fin de semana y puesto que yo recibo muchas preguntas sobre el Rapto sucediendo en Pentecostés, aquí les explico el porqué si el Rapto sucediera en una fiesta judía, Pentecostés sería la más probable.

¿Qué es Pentecostés?

Pentecostés se celebra al comienzo del verano (mayo-junio). Es la única fiesta entre las tres fiestas primaverales (La Pascua, los Panes Sin Levadura, y las Primicias), las cuales fueron cumplidas en la Primera Venida, y las tres fiestas otoñales (Rosh Hashanah, Yom Kippur y la Fiesta de los Tabernáculos), las cuales serán cumplidas en la Segunda Venida. Su nombre el hebreo es Shavout. Pentecostés es una palabra griega que significa “50 días”, ya que se celebra 50 días a partir del Sabbath después de la Pascua. La Fiesta de las Primicias (la Mañana de Resurrección) se celebra al día siguiente del primer Sabbath después de la Pascua, y Pentecostés el día después del Sabbath, siete semanas después (Levítico 23:15-16), dando como resultado el sobrenombre de la «Fiesta de las Semanas». Puesto que el Sabbath judío corresponde al Sábado, las dos fiestas anteriores se celebran en Domingo, a pesar de que Pentecostés de ha convertido en una festividad de dos días de duración.

Los judíos celebran Pentecostés (solamente utilizaremos el nombre en griego para evitar más confusiones de las necesarias) como el día en que Moisés recibió la Ley en el Monte Sinaí en el desierto, y cuando la nación de Israel nació en ese día (Éxodo 19—20). Los cristianos lo celebran como el día en que el Espíritu Santo vino sobre los discípulos en Jerusalén y la Iglesia nació (Hechos 2). Si ustedes concuerdan con mi punto de vista expresado en el estudio de las Parábolas de Mateo 13, que describe a la iglesia en la tierra y que la parábola de la levadura predice que habrá pecado en la iglesia, entonces se interesarán en el hecho de que a diferencia de otras festividades judías que requieren pan sin levadura, Pentecostés requiere pan horneado con levadura (Levítico 23:17). En Pentecostés también da comienzo la cosecha anual del trigo, quizás señalando a otra de las parábolas de Mateo sobre el Reino, el trigo y la cizaña.

Las ceremonias de Pentecostés revelan que hay un sutil eslabón con la iglesia venidera. En las sinagogas judías se lee el Libro de Rut en Pentecostés. La historia de Rut ha sido llamada «El Romance de la Redención» en donde Noemí, una mujer judía de Belén pierde su tierra y su posición y se ve forzada a ir al exilio en un país extranjero en donde su esposo pronto muere dejándola sola y sin un centavo. Ella decide devolverse a Belén y la acompaña Rut, una mujer gentil que había jurado nunca abandonarla. Rut era una moabita que se había casado con uno de los hijos de Noemí el cual también había muerto, convirtiéndola en la nuera de Noemí, y como ella, una viuda desamparada.

De vuelta en Belén, un pariente prominente judío de Noemí llamado Booz se enamora de Rut y se casa con ella, y en el proceso redime la tierra y la posesión de Noemí según la ley (Levítico 25:25; Deuteronomio 25:5-6). El modelo que vemos aquí es dramático, con Noemí en el papel de Israel, en la miseria y sola, Rut como la Iglesia, la novia gentil; Booz como el Pariente Redentor (el Mesías) y la narración una predicción de la relación entre los tres. Camino a redimir a Israel, el Pariente Redentor toma para sí una novia gentil, salvándola de la miseria y restableciendo la tierra de Israel. La identificación de la Iglesia con Pentecostés empezó en las profecías de Rut.

A propósito, Booz era hijo de Rahab, la supuesta ramera en el Libro de Josué, y tres generaciones más tarde, su bisnieto David se convirtió en el Rey de Israel. Tanto Rahab como Rut se muestran en la genealogía del Señor Jesús (Mateo 1:5), y una de las columnas a la entrada del templo llevaba el nombre de Booz. Existe una tradición de que los pastores de Belén, quienes fueron los primeros en ser informados del nacimiento del Señor, estaban cuidando sus rebaños en los campos que una vez pertenecieron a Booz y Rut.

¿Cuándo Cumples Años?

Pero hay más. Según otra tradición, Enoc, uno de los patriarcas en Génesis 5, nació en el día que más tarde se conocería como Pentecostés. El nombre de Enoc quiere decir «enseñar» lo cual es una de las principales funciones de la Iglesia y muchos eruditos lo ven también como un «tipo» de la iglesia. Génesis 5:21-23 indica que Enoc era muy cercano a Dios y realmente fue llevado con vida (raptado) al cielo un poco antes del diluvio universal.

Los eruditos pretribulacionistas ven este evento como una insinuación de una futura desaparición de la Iglesia justo antes de la tribulación, especialmente ya que el Señor dijo que el día de Su venida sería como en los días de Noé. En los días de Noé el mundo incrédulo fue destruido por un juicio, y un remanente de creyentes fue preservado a través del juicio y Enoc desapareció antes del juicio. Si estas condiciones se vuelven a repetir como lo indicó en Señor, entonces antes de la Segunda Venida, el mundo incrédulo volverá a ser destruido por un juicio, y un remanente de creyentes de Israel será preservado a través del juicio, y la iglesia va a desaparecer en algún momento antes del juicio.

Estas mismas tradiciones también sostienen que Enoc desapareció de la tierra en su cumpleaños. Entonces, aquí tenemos un modelo en Génesis de un hombre identificado con la iglesia, el cual nació y fue raptado en el día que se conocería después como Pentecostés, que fue el día en que también nació la iglesia. Por eso es que de todas las fiestas judías, Pentecostés es la fiesta más probable para que sea el Día del Rapto. Y esto, por supuesto, es solamente una acumulación de la evidencia circunstancial. El rapto es un evento secreto y como tal, su tiempo exacto solamente lo conoce Dios. Y si como yo creo, va a suceder cuando que haya entrado la plenitud de los gentiles, entonces sería imposible para cualquier persona en la tierra conocer el día y la hora por adelantado.

Pronto, y Muy Pronto

En un día, pronto, todos los que están en Cristo, habiendo oído y creído la Palabra de la Verdad, el Evangelio de nuestra salvación, recibiendo así la marca de la promesa del Espíritu Santo, desaparecerán de repente de la faz de la tierra junto con todos los niños y todas aquellas personas que son incapaces de tomar decisiones conscientes. Un número desconocido de partos instantáneos dejarán temporalmente este mundo sin que quede al mismo tiempo ninguna madre embarazada. En un instante estaremos en nuestras ocupaciones habituales y el siguiente instante estaremos ante la presencia de nuestro Redentor, con nuestros pecados perdonados y olvidados, y todas nuestras imperfecciones eliminadas. Entre nosotros estarán los muertos que han sido fieles, reunidos con sus cuerpos perfeccionados y restablecidos a la vida física eterna. Todos juntos empezaremos el viaje más increíble de exploración y de realización jamás soñado.

Ni nosotros, ni el mundo incrédulo, habrá recibido la más mínima advertencia del momento de este evento, pues sucederá de manera totalmente sorpresiva. Quizás suceda en Pentecostés, quizás no. Pero una cosa sí es cierta, cuando suceda, a ninguno de nosotros nos va a importar un pelo si lo habíamos predicho con exactitud. Solamente podemos expresar nuestro gozo inimaginable de gratitud por estar allí.

«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Efesios 2:8-9).