Viernes 28 de mayo de 2021
P: Me vino el pensamiento ¿por qué las personas creyentes del Nuevo Testamento son selladas con el Espíritu Santo cuando las del Antiguo Testamento no lo fueron? Parece que nosotros hemos recibido mucho. Ciertamente ha sido una lección de humildad el haberme dado cuenta de ello. ¿Me lo podría aclarar?
R: Las personas creyentes del Antiguo Testamento no fueron selladas con el Espíritu Santo como tampoco los serán las que lleguen a la fe después que la Iglesia se ha ido. Solamente la Iglesia ha recibido esa bendición.
Eso se debe parcialmente porque en el Antiguo Testamento había mucha evidencia de la presencia de Dios, y esa era la base para su fe. Él producía la lluvia puntualmente en cada estación, las daba la victoria sobre sus enemigos, y se aseguró que tuvieran un nivel de vida que fuera la envidia del mundo conocido.
Eso también será cierto durante los juicios de los tiempos finales, a pesar de que será de una manera diferente. La evidencia de Su presencia será tan obvia que aún Sus enemigos la reconocerán. Apocalipsis 16:9 dice que las personas maldecirán el nombre de Dios quien es el que controla las plagas que están sufriendo, pero se negarán a arrepentirse y glorificar a Dios.
Pero a la Iglesia se le pide creer solamente por fe, y como recompensa nuestra salvación está asegurada. Cuando creemos, el Espíritu Santo es sellado en nosotros como un depósito que garantiza nuestra herencia, la cual es la vida eterna (Juan 3:16; Efesios 1:13-14).
Pablo dijo que por medio de la Iglesia, Dios está demostrando las incomparables riquezas de Su gracia, expresadas en Su gentileza hacia nosotros en Cristo Jesús (Efesios 2:6-7). Por consiguiente, decir que hemos recibido mucho es una subestimación en todo el sentido de la palabra.
Después que Tomás exigió la evidencia como condición para creer, Jesús se la dio. Luego Él le dijo, “Tomás, has creído porque me has visto. Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29). Jesús también nos estaba hablando a nosotros.