Yo me inclino a vivir bajo el arrepentimiento de los pecados (probablemente por toda esa predica de infierno-fuego-y-azufre de mi juventud), pero tambien me atrae realizar cuanto es que el Padre me ama y me adora como Su hijo. ?Como es que una persona creyente sostiene esas dos practicas (vivir dentro de nuestra posicion victoriosa en Cristo vs. vivir en arrepentimiento de los pecados) en tirantez?
En la cruz todo eso cambio. Pablo escribio,
Porque al Padre le agrado que en el (Jesus) habitara toda plenitud, y por medio de el reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que estan en la tierra como las que estan en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz (Colosenses 1:19-20).
Desde la cruz, en el momento en que los confesamos nuestros pecados son perdonados y quedamos limpios de toda injusticia (1 Juan 1:9). Podemos entrar confiadamente a Su presencia (Efesios 3:12) y llamarlo a El por Su nombre mas intimo, Abba (Romanos 8:15). A los ojos de Dios somos una nueva creacion, tan justos como El es (2 Corintios 5:17-21).
El no se hace de la vista gorda ante nuestros pecados, pero tampoco nos los atribuye a nosotros. Para El los mismos son una manifestacion de la naturaleza pecaminosa que habita en nosotros (Romanos 7:18-20) pero solamente hasta que lo que ya es cierto en la eternidad se manifieste en el tiempo (Efesios 2:6-7). Por consiguiente, nada puede separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesus (Romanos 8:39).
Nuestro comportamiento debe reflejar nuestro agradecimiento por la paz que tenemos con nuestro Creador, y cuando pecamos debemos recordar que tan pronto como los confesamos seremos perdonados, y esos pecados seran olvidados, y la relacion restablecida.