Soldados valientes enviados al infierno

Q Anoche no pude dormir pensando en esos 53 valientes soldados de las FDI (Fuerzas de Defensa Israelitas) que murieron en la Operacion Proteccion de Fronteras hasta el momento. Obviamente si fueran judios mesianicos entonces estarian para siempre con nuestro Senor, pero ?que sucede con aquellos que todavia no han llegado a Yeshua por cualquier motivo? ?Que les sucede? Estos hombres y mujeres valientes murieron no solamente por su pais Israel–murieron mientras protegian al pueblo judio, quienes, a pesar de ellos todavia son el pueblo elegido de Dios. No puedo soportar el pensamiento de que nuestro Padre Amoroso enviaria a estos valientes soldados a un lugar junto con los malvados. ?Me podria iluminar sobre esto con la Palabra de Dios?
A Este no es un asunto de si Dios es un Padre amoroso. Despues de todo El nos amo tanto que envio a Su Hijo a morir por nosotros (Juan 3:16). Desde el mero principio solamente ha habido un camino para que la humanidad pueda ser purificada de sus pecados, y es por medio del derramamiento de sangre inocente. Esto fue simbolizado en el Antiguo Testamento por medio del sistema de sacrificios y personificado en la muerte y resurreccion de Jesucristo. Sin derramamiento de sangre no hay remision de pecado (Hebreos 9:22). Por consiguiente, nadie que no haya sido purificado en la sangre del Cordero puede estar en la presencia de Dios.

Jesus dijo, «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mi.» (Juan 14:6). El no estaba diciendo, «Yo decido quien tiene acceso a Dios.» El estaba diciendo, «Mi sangre es la unica forma en que el hombre puede sobrevivir en la presencia de Dios.»

A Dios le causa mas tristeza que a usted ver a valientes soldados irse al infierno porque El no quiere que nadie se pierda sino que todos lleguen al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). El hizo todo lo posible para prevenir eso. La unica cosa que El no puede hacer es obligar a la gente a creer en aquel que El envio para salvarlos (Juan 6:29-29). Por consiguiente, El no envia a nadie al infierno. Nosotros nos enviamos a nosotros mismos al rechazar el perdon que El compro para nosotros con la sangre de Su Hijo.