La Batalla de Ezequiel 38—39… Parte 3

This entry is part 3 of 4 in the series Ezequiel 38

Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

La Parte 3 de nuestro estudio empieza con los primeros versículos del Capítulo 39

“Tú pues, hijo de hombre, profetiza contra Gog, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. Y te quebrantaré, y te conduciré y te haré subir de las partes del norte, y te traeré sobre los montes de Israel; y sacaré tu arco de tu mano izquierda, y derribaré tus saetas de tu mano derecha. Sobre los montes de Israel caerás tú y todas tus tropas, y los pueblos que fueron contigo; a aves de rapiña de toda especie, y a las fieras del campo, te he dado por comida. Sobre la faz del campo caerás; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. Y enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en las costas; y sabrán que yo soy Jehová.

Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel. He aquí viene, y se cumplirá, dice Jehová el Señor; este es el día del cual he hablado.” (Ezequiel 39:1-8).

Para el versículo 2 de este pasaje, la versión de la Biblia Reina Valera Revisión de 1602 dice, “Y te quebrantaré, y te sextaré…”, y la versión en inglés King James, traducida al español, dice “te haré volver y dejaré la sexta parte de ti…” Esta es quizás una interpretación más exacta de este versículo, porque significa que cinco sextas partes de los ejércitos musulmanes serán destruidos. El concepto hebreo es prácticamente equivalente al concepto en español de “diezmar”. A pesar de que el concepto de diezmar originalmente describe el castigo de ejecutar a un soldado de cada diez de una legión romana que se había amotinado, de manera figurada ha llegado a significar que algo es destruido casi en su totalidad. Los sinónimos de esta palabra son “aniquilar” o “destruir”. Y de la misma manera es con el idioma hebreo. Cuando el Señor lleve a esta coalición musulmana a los montes de Israel, es para destruirlos allí.

Y no se confundan con las referencias de arcos y saetas. Ezequiel estaba usando términos que él conocía. Las mismas palabras hebreas pueden ser traducidas como plataformas de lanzamientos y misiles hoy día.

Algunas personas interpretan la idea de enviar fuego sobre Magog y sobre aquellos que moran con seguridad en las costas, como un intercambio nuclear. Magog se refiere a Rusia, por supuesto, pero la identidad de los que moran en las costas no está tan clara. La palabra hebrea implica que pertenecen a una tierra distante, y en Isaías, la frase “más allá del mar” se usa para localizarlos, siendo el mar el Mediterráneo. Esta referencia puede perfectamente estar señalando a Europa, y algunas personas aun creen que también los EE.UU. está a la vista aquí. Pero tendremos que esperar y ver que sucede.

También, la palabra hebrea traducida como “seguridad”, es la misma que se usa para describir el estado mental de Israel en Ezequiel 38:8. De nuevo, esto denota un sentido de descuido, pero esta vez por parte de Europa, como si ellos no creyeran que este tipo de situación les puede suceder, y, por lo tanto, no están preparados para hacerle frente a lo que se avecina.

Y una vez más el Señor explica Su verdadero propósito, Él utilizará esta batalla para anunciar de una vez por todas, que Él es el Protector y el Campeón de Israel. Las naciones del mundo están siendo advertidas que si quieren tomar a Israel tendrán que pasar por encima del Señor

“Y los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán y quemarán armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán en el fuego por siete años. No traerán leña del campo, ni cortarán de los bosques, sino quemarán las armas en el fuego; y despojarán a sus despojadores, y robarán a los que les robaron, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 39:9-10).

En los días de Ezequiel, la gente quemaba leña para calentarse, por eso es que ese modismo al ser utilizado aquí es para describir esa situación. De hecho, el pasaje indica que toda la energía que Israel necesita será cubierta durante siete años por todo el armamento que el enemigo deja perdido, y que se utilizará para propósitos pacíficos. Yo no me puedo imaginar al enemigo acarreando suficiente leña (o cualquier otro material convencional) como para satisfacer las necesidades de energía y calefacción de Israel por un período de siete años, por eso es que debemos buscar una explicación más moderna. Muchos observadores dicen que esta referencia es a la energía nuclear. La antigua Unión Soviética convirtió los reactores nucleares de los submarinos en plantas generadoras de electricidad para darle corriente eléctrica a las comunidades, así que esta noción no es descabellada. Y, como ustedes se darán cuenta, los procedimientos de limpieza después de esta batalla, son asombrosamente similares al proceso de descontaminación nuclear de hoy en día. ¿Entonces, por qué solamente siete años, cuando un reactor nuclear puede suministrar energía durante mucho más tiempo? Si, como creo yo, esta batalla es la que inicia la Semana Setenta de Daniel, solamente se necesitarán siete años de consumo de energía. Después de todo, el Señor suplirá todas sus necesidades después (Apocalipsis 22:5).

“En aquel tiempo yo daré a Gog lugar para sepultura allí en Israel, el valle de los que pasan al oriente del mar; y obstruirá el paso a los transeúntes, pues allí enterrarán a Gog y a toda su multitud; y lo llamarán el Valle de Hamón-gog.

Y la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar la tierra. Los enterrará todo el pueblo de la tierra; y será para ellos célebre el día en que yo sea glorificado, dice Jehová el Señor.

Y tomarán hombres a jornal que vayan por el país con los que viajen, para enterrar a los que queden sobre la faz de la tierra, a fin de limpiarla; al cabo de siete meses harán el reconocimiento. Y pasarán los que irán por el país, y el que vea los huesos de algún hombre pondrá junto a ellos una señal, hasta que los entierren los sepultureros en el valle de Hamón-gog. Y también el nombre de la ciudad será Hamona; y limpiarán la tierra” (Ezequiel 39:11-16).

Si este valle está al oriente del Mar Muerto, como implica la versión Reina Valera de 1960, el lugar sería Jordania, y no Israel, y aun en los días de Ezequiel, este lugar habría estado fuera de los límites de Israel. A pesar de eso, el versículo 11 claramente sitúa el lugar de sepultura en Israel. Por consiguiente, yo creo que este valle lo más seguro es que sea el llamado Valle de Sombra de Muerte (Salmo 23:4), el cual formaba parte de Israel durante el tiempo de Ezequiel. Si eso es así, queda al final del viejo camino a Jericó, el cual aun conecta Jerusalén con Jericó, y se dirige hacia el Mar Muerto. Y, sorprendentemente, ahora es territorio ocupado por los palestinos, lo cual es otra insinuación de que debido al cumplimiento del Salmo 83 ellos habrán perdido todo reclamo a la Ribera Occidental antes de que inicie la Batalla de Ezequiel.

Se requeriría el esfuerzo conjunto de todos los ciudadanos israelitas para que durante siete meses entierren a los muertos del enemigo. Después de todo, ellos contratarán profesionales, algunos para descontaminar la tierra y otros para buscar cualquier cuerpo que la gente no haya podido encontrar. No tocarán ningún hueso que encuentren, sino que colocarán señales y llamarán a esos profesionales para que los levanten. Esto se asemeja completamente a la descontaminación moderna por los efectos de las armas de destrucción masiva, atómicas, biológicas y químicas. ¿Hizo el Señor que Ezequiel describiera el tipo de armamento que sería utilizado? Entre esto y la referencia de la fuente de energía mencionada antes, pareciera que eso es así.

“Y tú, hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor: Di a las aves de toda especie, y a toda fiera del campo: Juntaos, y venid; reuníos de todas partes a mi víctima que sacrifico para vosotros, un sacrificio grande sobre los montes de Israel; y comeréis carne y beberéis sangre. Comeréis carne de fuertes, y beberéis sangre de príncipes de la tierra; de carneros, de corderos, de machos cabríos, de bueyes y de toros, engordados todos en Basán. Comeréis grosura hasta saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre de las víctimas que para vosotros sacrifiqué. Y os saciaréis sobre mi mesa, de caballos y de jinetes fuertes y de todos los hombres de guerra, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 39:17-20).

Las aves de rapiña tendrán su día de campo debido a la carnicería que quedó en el campo de batalla. Anteriormente, los ejércitos enemigos se describieron como una gran multitud, como nublado que cubre la tierra. Ahora, que el enemigo ha sido diezmado, solamente quedan cadáveres cubriendo la tierra. Esto no es único en la historia de Israel. El historiador Josefo escribió que después de la Batalla de Galilea en el año 68 d.C., habían tantos cadáveres flotando en el mar, que no se podía ver el agua.

“Y pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán mi juicio que habré hecho, y mi mano que sobre ellos puse. Y de aquel día en adelante sabrá la casa de Israel que yo soy Jehová su Dios. Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada. Conforme a su inmundicia y conforme a sus rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi rostro.

Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre. Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante; cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos. Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 39:21-29).

Después de esta victoria, el Señor completará el retorno de Su pueblo Israel a su tierra, el cual dio inicio a principio de los años de 1900 y se hizo oficial en el año 1948. A pesar de que Él los esparció por todo el mundo, ahora los traerá de vuelta, sin dejar a ninguno atrás. Puesto que el 55% de los judíos del mundo actualmente viven fuera de Israel, eso será una bienvenida. Pero al haber sido testigos de la derrota de sus enemigos, los judíos de todas partes del mundo acudirán en masa a Israel y al Señor, anhelando la reinstitución de su relación del antiguo pacto. Y después de haber estado esperando por cerca de 2000 años para que retornen, el Señor ciertamente no los rechazará esta vez.

Debido a un tratado de paz forzado en su nombre por un líder mundial venidero, los judíos pronto construirían el Templo, puesto que la adoración del Antiguo Pacto es imposible ejercerla sin un templo. Siguiendo las instrucciones de Ezequiel 40-48, como yo creo, construirán el templo en Silo, cerca de 35 kilómetros al norte de Jerusalén. Este es el templo que será profanado por el anticristo, y que más tarde será purificado al inicio del milenio, de la misma manera en que el segundo Templo fue primeramente profanado y luego purificado en tiempo de los macabeos. (Vea mi estudio sobre El Templo Futuro, para todos los detalles.)

De esta manera, esta batalla marcará el inicio de la Semana Setenta de Daniel, que son los últimos siete años en la historia humana, antes del milenio. Al haberle dado esta profecía a Israel, Ezequiel no entra en detalles sobre sus repercusiones, especialmente las relacionadas con la reacción subsiguiente del mundo. Pero para nosotros, los que pertenecemos a la Iglesia hoy, la batalla de Ezequiel 38-39 contiene un mayor significado por lo que Ezequiel no dijo, que por lo que sí dijo. Y ese es el tema de nuestro último episodio la próxima vez. Nos vemos entonces.