La Batalla de Ezequiel 38—39… Parte 4, Conclusión

This entry is part 4 of 4 in the series Ezequiel 38

Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

De nuestros estudios ustedes se han podido dar cuenta de que durante los últimos 20 años o más la batalla de Ezequiel 38—39 ha estado en espera pero justo en el borde de su cumplimiento. Siempre han estado las mismas y pocas condiciones previas que faltan por cumplirse. En su mayoría estas han sido que Turquía cambie de bando, que los EE.UU. salgan del escenario, y que Israel viva en un supuesto estado de paz con sus vecinos.

En el último año aproximadamente hemos visto a Turquía hacer un cambio importante de rostro al alinearse con el mundo musulmán y aun tomando una posición más pública en contra de Israel. Y esto sabemos que se debe a la visión que tiene el presidente turco Erdogan que quiere restablecer el Imperio Otomano a su antigua gloria para dirigir el mundo musulmán.

Y ahora tenemos la posición de ni fu ni fa que ha tomado los EE.UU. con respecto a Israel, al decir que la ausencia de paz en el medio oriente está costando sangre y tesoro y que eso está en contra del interés nacional. Esta es una referencia al punto de vista de la administración Obama de que si podemos obtener la paz entre Israel y los palestinos, las guerras en Irak y Afganistán rápidamente terminarían, Irán se volvería más razonable, y aun al Qaeda estaría un poco más tranquila. Por consiguiente han hablado mucho de que ahora le toca a Israel hacer que el programa de paz se ejecute hacia fines de este año o se enfrentaría a un arreglo impuesto.

Eso deja pendiente la condición más grande, que Israel se convierta en una nación pacífica y confiada. ¿Podría un arreglo impuesto de alguna manera lograr eso? Sólo el tiempo lo dirá.

En los 62 años de la existencia del Israel moderno, en realidad nunca ha habido un día en que esta condición haya sido cumplida, a pesar de los ataques sorpresa en 1967 y especialmente el ataque de 1973 que tomó totalmente por sorpresa al país, en cuanto a la fecha en que ocurrió. La invasión simultánea por Egipto y Siria en el día de Yom Kippur de 1973, puso a Israel peligrosamente al borde de la derrota. Los historiadores reportan que debido a “un extraño momento de flojedad en la inteligencia israelita y en el gobierno, Israel no esperaba ningún ataque de sus vecinos en ese preciso momento”. (Tanto el Yom Kippur judío como el Ramadán musulmán, prohíben hacer la guerra durante su celebración, y en Octubre de 1973, cuando estos ataques se iniciaron, ambas celebraciones se traslapaban.)

Le tomó una semana al ejército israelita recuperarse para ir a la ofensiva. Dos semanas después que la guerra había terminado, las NN.UU. negociaron unos acuerdos para un cese de fuego. Según estos acuerdos, Egipto recobró el control del Canal de Suez y de la Península de Sinaí que había perdido en 1967, y Siria retomó una pequeña porción de los Altos del Golán, y si las fuerzas de las NN.UU. no hubieran entrado, el ejército israelita habría llegado rápidamente a Cairo y a Damasco.

Aquellos que no Aprenden de la Historia…

Desde entonces no ha habido ese tipo de estado calmado de preparación por parte de Israel y ciertamente es difícil ver cómo puede suceder uno así en el futuro. De hecho, la Biblia menciona que solamente existen dos posibilidades para un tiempo de paz en Israel, en el tiempo del fin, y ninguno de ellos concuerda con el presente. El primero sucede al principio de la Semana Setenta de Daniel cuando el anticristo hace su aparición inicial. Nos dice Daniel “y sin aviso destruirá a muchos” (Daniel 8:25). [Nota: La traducción directa al español de la versión King James, dice, “Por medio de la paz destruirá a muchos”.]

El segundo son los mil años de paz conocidos como el Milenio, o la Era del Reino. Eliminemos esta posibilidad del todo. Primeramente, ese es un tiempo sin paralelo de paz personalmente administrado por el Príncipe de Paz. Ningún enemigo de Israel se atrevería a hacer un ataque sorpresa sino hasta el fin del milenio cuando Satanás sea liberado de sus mil años de aprisionamiento, para dirigir a estos enemigos en este ataque.

Y en segundo lugar, las profecías del tiempo del fin de Ezequiel siguen una secuencia, siendo primero el reencuentro de los últimos días de los judíos en Israel, en los capítulos 36 y 37, luego esta batalla, y después, desde el capítulo 40 en adelante, el Milenio. La Batalla de Ezequiel 38-39 tiene que seguir después del reencuentro moderno de los judíos, pero antes del Milenio. No puede suceder al final del Milenio.

Entonces, regresemos a la primera posibilidad, el comienzo de la Semana Setenta de Daniel. Daniel 9:27 nos revela que como uno de sus primeros actos oficiales, el anticristo confirmará un pacto de siete años con Israel, el cual incluye el permiso para construir el Templo. (Este período de siete años se conoce como la Semana Setenta de Daniel.) Pero debido a la controversia que eso desataría, muchos judíos hoy día no quieren un templo y no querrán ninguno sino hasta que el Creador del Universo se les revele a Sí mismo de manera dramática. Según Ezequiel 39:22 Él lo hace en esta batalla y después de eso ellos clamarán por un Templo sin importarles las consecuencias. Las prácticas del Antiguo Pacto lo requieren. Entonces todo parece que la batalla de Ezequiel precede a la Semana Setenta de Daniel.

También, el hecho de que el anticristo haga su aparición como un pacificador implica que en algunas partes del mundo ha habido guerras recientes. Quizás hasta una guerra con armas nucleares, con lo cual el mundo habría quedado en estado de shock, y desesperado por un plan que pueda prevenir otra guerra de ese tipo en el futuro. El “hombre de paz” de Satanás con su pacto de siete años, tendrá las cosas en sus manos para tranquilizar al mundo lo cual le permitirá empezar su meteórica subida al dominio mundial.

¿Ya Tiene Usted un Veredicto?

Como hemos visto, la evidencia circunstancial tiene mucho peso a favor de que el anticristo se revele en los talones de la Batalla de Ezequiel 38-39, con lo cual arranca la Semana Setenta de Daniel. Entonces, ninguna de las posibilidades de paz identificadas en la Biblia, se llevarán a cabo antes de esta batalla. Eso quiere decir que alguna cadena dramática de eventos, similar a aquella que llevó a la “abrupta” caída de la Unión Soviética, tendrá que suceder pronto, para colocar a Israel en el estado vulnerable necesario para que la profecía de Ezequiel de cumpla. También es muy pronto ver si los EE.UU. realmente pueden imponer un tratado de paz que los atraería hacia un falso sentido de seguridad. Lo más probable es que el cumplimiento de las profecías del Salmo 83 e Isaías 17 puedan producir las circunstancias requeridas.

Entonces, ¿Cuál es el Punto?

¿Por qué es todo esto importante para nosotros? Pues bien, ya hemos formulado un caso para que el anticristo haga su aparición después de la Batalla de Ezequiel 38 y sabemos de este pasaje que el Señor la utiliza para revelarse a Sí mismo a Israel y atraerlo de nuevo hacia Él.

También hemos visto que para que se completen los siete años finales de la Dispensación de la Ley, la Dispensación de la Gracia, que la interrumpió, debe primero terminar. Eso quiere decir que la Iglesia debe desaparecer antes que empiece la Semana Setenta de Daniel. Eso es lo que Pablo dio a entender cuando dijo que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles (Romanos 11:25). Esta misma idea la expuso primero Jacobo en el Concilio de Jerusalén (Hechos 15:14-18) cuando dijo que antes de volver para reedificar el tabernáculo de David, el Señor tomará de entre los gentiles un pueblo para Su nombre. Ambos pasajes hablan del Señor llevándose Su Iglesia antes de volver Su atención hacia Israel otra vez.

Entonces, si la Iglesia tiene que desaparecer antes que el Señor se vuelva a Israel, y si eso es el resultado de la Batalla de Ezequiel 38—39, ustedes se pueden dar cuenta porqué eso es importante para nosotros. El Rapto debe de preceder la batalla de Ezequiel. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. Actualizado el 15 de mayo de 2010.