Jueves 28 de diciembre de 2023
Q: Gracias por su buen trabajo.
Por favor, explíqueme Génesis 49:10 … No será quitado el cetro de Judá … He leído en alguna parte que esto se refiere de alguna manera a la ocupación romana de Judea en el momento de la venida de Cristo.
R: El versículo completo dice: No será quitado el cetro de Judá, ni el símbolo de poder de entre sus pies, hasta que venga Shiloh; Y en torno a él se congreguen los pueblos (Génesis 49:10).
Esta profecía le fue dada a Judá por su padre Israel, mientras Israel languidecía en Egipto. Significaba que alguien de la Tribu de Judá gobernaría sobre la nación de Israel continuamente hasta que llegara el Mesías. (Algunas traducciones usan la palabra Shiloh para referirse al Mesías en este pasaje).
Siglos más tarde, cuando la nación de Israel, llamada Judea entonces, pidió ayuda a Roma para defenderse contra los agresores externos, Roma estuvo de acuerdo, aprovechando la oportunidad para establecer un punto de apoyo en el Medio Oriente. En unos pocos años, ellos mismos se habían adentrado en Israel.
En un acuerdo negociado, Roma permitió que los judíos siguieran siendo una parte autónoma del Imperio mientras no hubiera disturbios entre la población. A cambio, los líderes judíos acordaron ciertas restricciones a su autonomía, como la administración de la pena capital, y le dieron a Roma el derecho de imponer impuestos sobre el pueblo judío.
Esto fue visto por algunos líderes religiosos como una renuncia a su soberanía como nación, y desfilaron por las calles de Jerusalén en silicio y cenizas clamando: “El cetro se ha apartado de Judá y Shiloh no ha venido”. Creían que la palabra de Dios había sido rota. Pero Shiloh sí había venido. Jesús era un niño en Nazaret en ese momento