Jueves 13 de junio de 2024
P: He estado asistiendo a una iglesia en mi pequeña localidad la cual disfruté mucho al principio. Pero mientras más asistía más cuenta me daba que había unas pocas personas (las más acomodadas) que creían que eran dueñas de la iglesia lo mismo que del pastor. Una de las damas aún le preguntó al pastor si ella todavía era la que más donaba a la iglesia. Una pareja mayor en la iglesia no está contenta a menos que estén administrando el lado financiero de la iglesia y cuando el pastor no estuvo de acuerdo con el varón sobre ese asunto, el varón decidió que su diezmo se le designara a cierta cosa en la iglesia y convención los demás para hacer lo mismo. De esa manera no habría suficiente dinero para poderle pagar al pastor su sueldo. Eso es solamente un poco de lo que la iglesia ha hecho. ¡Me enojaba cada vez que asistía así que me salí!
Yo leo mi Biblia todos los días y oro durante el día. ¿Estoy equivocado por haberme salido y por sentirme enojado con esas personas? Nuestro pastor es un genuino pastor que ama a Dios y predica la Biblia. Si Dios lo puso en ese iglesia, ¿qué derecho tienen esas personas de tratar de sacarlo? Esa no es la primera vez que ha sucedido. Nuestra iglesia todavía no tiene pastor. Yo oro por la iglesia pero algunas veces no siento lo que oro. Honestamente me gustaría ver a algunas de esas personas caer de bruces. Yo sé que esa no es una actitud cristiana pero todas esas personas están equivocadas. Yo creía que Dios era el dueño de la iglesia y que dependíamos de Él para que nos guiara. Yo rehúso seguir a cualquier persona. Creo que no pertenezco en ese lugar. ¿Qué opina usted?
R: Si usted siente eso fuertemente, entonces estoy de acuerdo con usted. Usted debe encontrar otro lugar para adorar.
Satanás puede usar y también usa el orgullo de las personas y su naturaleza rebelde para tratar de interrumpir la obra de Dios. Pero la manera para derrotarlo no es por medio del enojo que usted siente por lo que esas personas han hecho (Efesios 1:26-27).
La manera para derrotar a Satanás es buscando el perdón de Dios por las acciones de ellos y por lo que usted siente. Pídale al Señor que los perdone a todos, y manténgase haciéndolo hasta que Él restablezca la paz en su corazón. Entonces tendrá la victoria.