Miércoles 6 de noviembre de 2024
P: Recientemente escuché un sermón en YouTube en donde el orador señaló que el comportamiento cristiano debe de cambiar durante el curso de una vida cristiana, porque la Biblia dice que a menos que busquemos la santidad no veremos a Jesucristo. La referencia bíblica que dio fue Hebreos 12:14. En mi concepto, esto parece contradecir la posición de que el arrepentimiento es el único cambio en la manera de pensar y no el comportamiento. Estoy consciente del hecho de que si uno es sincero acerca de cambiar de manera de pensar, no tomará mucho tiempo para que nuestro comportamiento cambie también. Algunas cosas, sin embargo, como un pecado profundamente arraigado o aun las adicciones, son muy resistentes y no cambian con facilidad. Entonces, ¿qué necesito decirme a mí mismo y a otras personas que pregunten?
R: Yo respondería repitiendo mi afirmación de que cuando reconocemos que somos pecadores y le pedimos al Señor que nos salve, nos hemos arrepentido según el significado de la palabra original en griego. La Biblia también es clara de que nosotros no somos los que nos hacemos santos, sino que somos hechos santos cuando respondemos a la obra regenerativa del Espíritu Santo (Hebreos 10:12-14).
Yo creo que algunas personas de la “gracia más obras” usan pasajes individuales como Hebreos 12:14 para asustar a la gente por hacer cambios superficiales externos por temor a perder su salvación, cuando de hecho nuestra salvación quedó garantizada desde el momento en que creímos (Efesios 1:13-14, 2 Corintios 1:21-22, 2 Corintios 5:5), Además, nuestra santidad solamente será la suficiente para permitirnos estar ante la presencia de Dios cuando seamos perfeccionados en la resurrección/rapto. Antes de eso, cualquier cambio de comportamiento que no sea impulsado por el Espíritu Santo y que sea en agradecimiento por el regalo gratuito de la salvación, es como madera heno y hojarascas, que será quemado en el fuego (1 Corintios 3:10-15).
A través de todo el Nuevo Testamento a los creyentes se les advierte de vivir sus vidas de una manera agradable a Dios. Pero al hacerlo, solamente lo estamos haciendo de acuerdo a lo que ya hemos alcanzado (Filipenses 3:16). No estamos tratando de ganar ni de mantener lo que de otra manera se habría perdido.
En Juan 6:40 Jesús dijo, “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.” Por consiguiente, nuestra salvación no depende de si hemos obtenido una vida lo suficientemente santa, sino si hemos creído que Jesús murió por nuestros pecados y resucitó de nuevo.