¿Discípulos endeudados?

Q

Viernes 29 de noviembre de 2024

P: ¿Hay algo en las Escrituras con respecto a ser uno un discípulo y estar endeudado? Siendo la deuda la maestra de clases, ¿es posible que Jesús le diera el “visto bueno” a alguien para ser discípulo mientras está endeudado? Yo sé que eso se ha hecho y que se sigue haciendo, pero, ¿es eso correcto?

A

R: La Biblia nos ordena no permitir que nada en nuestra vida interfiera con nuestra habilidad para servir al Señor. Pablo aún incluyó tener un cónyuge dentro de esa categoría (1 Corintios 7:25-31). Él también nos advirtió de no conformarnos a este mundo (romanos 12:23) lo cual significa no codiciar las cosas materiales.

El Señor también dictó varias enseñanzas muy claras sobre el costo de seguirlo a Él. En Mateo 13:22 Él dijo que los afanes de este mundo y los engaños de las riquezas pueden hacer que no tengamos fruto en el ministerio. Seguidamente otro ejemplo.

Mientras seguían su camino, alguien le dijo: «Señor, yo te seguiré adondequiera que vayas.» Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.»” (Lucas 9:57-58). Con esto Él le preguntaba al hombre si él estaba dispuesto a renunciar a todas las posesiones terrenales, o comodidades, si fuera necesario.

Y a otro le dijo: «Sígueme.» Aquél le respondió: «Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre.» Pero Jesús le dijo: «Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú, ve y anuncia el reino de Dios.»” (Lucas 9:59-60).

Otro también le dijo: «Señor, yo te seguiré; pero antes déjame despedirme de los que están en mi casa.» Jesús le dijo: «Nadie que mire hacia atrás, después de poner la mano en el arado, es apto para el reino de Dios.»” (Lucas 9:61-62).

Ni siquiera los lazos familiares importantes deben tener precedencia sobre nuestro servicio al Señor.

El punto aquí es que cada obligación mundana que aceptamos tiene el potencial de afectar nuestra habilidad de servir al Señor. La carga de las deudas es una de las más peligrosas porque hasta que sea cancelada, literalmente nos esclaviza a los acreedores.