Jesus les estaba diciendo a los discipulos que no perdieran tiempo ni energia en personas que rehusaban oir el Evangelio. Nosotros no podemos debatir, persuadir, discutir, u obligar a nadie a aceptar la Palabra de Dios. Las personas estan abiertas al mismo o no lo estan.
Discutiendo el punto con personas que no estan de acuerdo solamente endurece su propia postura y hace mas dificil para ellas cambiar de manera de pensar en el futuro.
Una vez que le presentamos el Evangelio a alguien ya hemos hecho lo que el Senor nos pidio hacer. Si esas personas tienen curiosidad y desean saber mas, muy bien. Entonces podemos continuar la discusion mientras esten dispuestas a escucharla.
Pero si no estan interesadas, todas las conversaciones en el mundo no ayudaran, y es mejor para todos si no presionamos el asunto.
Recuerde, se nos llama a confrontar a las personas con la verdad, pero el trabajo de convertirlas le corresponde al Espiritu Santo.