Accediendo al poder

Q

Lunes 20 de junio de 2022

P: Mi pregunta es sobre el Espíritu Santo. Mi profesora de la escuela dominical hizo esta pregunta el domingo pasado y todavía estamos hablando de eso. ¿Por qué los cristianos que están sellados con el Espíritu Santo luchan a través la vida? Uno de mis compañeros de clase dijo que es porque la mayoría de los cristianos no saben que están sellados cuando creyeron por primera vez, o que no saben cómo acceder al poder del Espíritu Santo. He luchado con esto en mi propia mente. Simplemente no estoy seguro de entender todo lo que debería sobre el Espíritu Santo. ¿Puede usted ayudar?

A

R: Aquí hay dos asuntos y muchas personas son víctimas de ambos. El primero es entender que el Señor nunca prometió que los cristianos no tendrían dificultades. En Juan 16:33, Él dijo: “Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo”. Este mundo es un lugar oscuro y malvado donde los problemas son la norma, no la excepción. No es que los cristianos no tengan problemas de vez en cuando, es que no debemos permitir que nuestros problemas nos desanimen. Debemos saber que nuestros sufrimientos actuales no valen la pena compararlos con la gloria que se revelará en nosotros (Romanos 8:18) y que Dios está disponiendo todas las cosas para el bien de los que lo aman (Romanos 8:28). Eso significa que incluso los problemas que experimentamos traerán bendiciones, tanto en esta vida como en la siguiente.

El segundo y más importante es uno de control. Si insistimos en retener el control de nuestras vidas, estaremos limitados a vivir de acuerdo con nuestras propias fuerzas. Solo cediéndonos a la guía del Espíritu Santo podemos esperar beneficiarnos de su poder (Romanos 12:1-2). Saber cómo acceder al poder del Espíritu Santo es tan simple como escuchar Su consejo. Jesús dijo que, separados de Él, no podemos hacer nada de valor para el Reino, pero si permanecemos en Él podemos dar mucho fruto (Juan 15:5).

Esto no es algo que se nos pueda enseñar, ni es una cuestión de técnica. Viene automáticamente cuando decidimos esperar hasta escuchar del Espíritu Santo antes de actuar sobre cualquier cosa y luego hacer nuestro mejor esfuerzo para seguir su dirección. Requiere un poco de práctica y mucha fe, pero trae recompensas todas desproporcionadas al esfuerzo.