¿Amar al Señor o amar al mundo?

Q

Lunes 17 de junio de 2019

P: En el mundo de hoy y en mi opinión, parece que la palabra discípulo está haciendo alardeada como una palabra agradable para atraer a muchos peces. Y, sin embargo, mi conclusión de lo que veo es que muchas iglesias consideran que asistir a la iglesia, tomar clases de discipulado, quizás hacer algún servicio comunitario, etc., como una forma de convertirse en un discípulo. Es casi como que convertirse en un discípulo le permite a uno tener su pastel y comérselo también. Es como si todos estuvieran diciendo que Lucas 14:33 no significa realmente lo que dice.

“Así también, cualquiera de ustedes que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo.”

¿Esto debe ser tomado literal o espiritualmente? Por muchos años ahora he deseado (espiritualmente) ser un “verdadero discípulo”, pero no me considero uno porque no he denunciado todo lo que tengo (físicamente). Y me frustro tanto cuando escucho a los pastores, en particular, decir que “haremos discípulos de ustedes” y, sin embargo, la iglesia continúa como siempre lo ha hecho. Por favor, ayúdenme ya que mi oración es poder compartir realmente la Verdad real en este asunto con otros.

A

R: No creo que Jesús requiera un voto de pobreza de todos los que quieran ser sus discípulos. Lo que Él quiere es que no haya nada más importante en nuestras vidas sino Él. La Biblia contiene numerosos ejemplos de personas que se encontraban bien y que, sin embargo, eran fieles seguidores de Dios. El Salmo 37:4 dice que cuando nos deleitamos en el Señor, Él nos dará los deseos de nuestro corazón. Y Jesús dijo que vino para que pudiéramos tener vida y tenerla en abundancia (Juan 10:10). Es cuando nuestra búsqueda de riqueza material nos preocupa o se convierte en la verdadera fuente de nuestra seguridad o incluso en un objeto de adoración lo que hace que nos metamos en problemas.