Jueves 16 de enero de 2025
P: En Lucas 10:17-20, los setenta regresaron muy contentos, diciendo, “Señor, en tu nombre, ¡hasta los demonios se nos sujetan!”
Jesús les responde, “Pero no se alegren de que los espíritus se les sujetan, sino de que los nombres de ustedes ya están escritos en los cielos.”
¿Por qué no deben alegrarse de su autoridad sobre los demonios en nombre de Jesús?
R: Las personas se alegran por haber recibido alguna bendición grande e inesperada. Tener autoridad sobre los demonios no se incluye dentro de esa categoría. Por supuesto que ellos (y nosotros) tenemos la autoridad sobre los demonios en nombre de Jesús. Él tiene la autoridad como su creador y está de acuerdo en que usemos esa autoridad como Sus siervos.
Es lo mismo cuando un empleado de confianza usa la tarjeta de crédito de su patrono. Al poder comprar algo con la misma no sería una bendición inesperada. Pero si el patrono le da al empleado una gran mansión y le promete una vida de lujo sin precedentes, eso sí sería algo para alegrarse.
La bendición grande e inesperada es que Él nos ha otorgado el derecho de vivir en el Cielo con Él para siempre y nadie puede arrebatarnos eso. Ahora, eso sí es un motivo para alegrarse.