Martes 21 de febrero de 2023
P: En Lucas 10:17-20, los setenta regresan con gozosos, diciendo: “Señor, hasta los demonios se sujetan a nosotros en Tu Nombre”.
Jesús responde: “Sin embargo, no se regocijen de que los espíritus se sujeten a ustedes, sino más bien, regocíjense porque sus nombres están escritos en el cielo”.
¿Por qué no deben regocijarse de su autoridad sobre los demonios en el nombre de Jesús?
R: La gente se regocija al haber recibido una bendición grande e inesperada. Tener autoridad sobre los demonios no está dentro de esa categoría. Por supuesto, ellos (y nosotros) tenemos autoridad sobre los demonios en el nombre de Jesús. Él tiene esa autoridad como su creador y ha accedido a permitirnos usarla como Sus siervos.
Es lo mismo a un empleado de confianza que usa la tarjeta de crédito de su empleador. Ser capaz de comprar algo con eso no sería una bendición inesperada. Pero si el empleador le diera una gran mansión y le prometiera una vida de lujo inaudito, eso sí sería algo de qué alegrarse.
La grande e inesperada bendición es que Él nos ha dado el derecho de vivir en el Cielo con Él para siempre y nadie nos lo puede quitar. Ahora eso sí es motivo de regocijo.