Miércoles, 7 de febrero de 2018
P: Desde que empecé a diezmar ya no puedo ayudar a mi familia quienes se encuentran en una situación desesperada. Mi madre está completamente estresada y con muchas deudas y a duras penas puede poder el alimento en la mesa. A pesar de que yo sé que es correcto diezmar, me parte el corazón verlos a ellos sin ese recurso. Ellos creen fuertemente en mí y lo terrible que me siento por no poder hacer ambas cosas. No puedo diezmar y ayudarlos a ellos. ¿Cómo puedo obedecerle a Dios y ver a mi familia sufrir? ¿Qué puedo hacer?
R: ¿Por qué no utiliza usted el dinero de su diezmo para ayudarlos? Se nos ordena ayudar a otras personas que tienen necesidad como una demostración de nuestra fe (Santiago 2:15-17) y Pablo dijo que la familia es nuestra prioridad número uno (1 Timoteo 5:8). El diezmo suyo está supuesto a bendecirlo a usted y a su familia, y no ser causa de apuros.
Esta clase de mayordomía es difícil porque el enemigo intentará sembrar motivos impuros en la mente suya. Para prevenir eso, háblelo con el Señor primero y asegúrese que usted se siente en paz al hacerlo. Segundo, asegúrese de que lo que usted está haciendo por su familia ellos no pueden hacerlo por sí mismos. (2 Tesalonicenses 3:10).
Usted también tiene que cuidarse de no formarse una opinión de que usted es el único que los puede ayudar. Su diezmo es dinero del Señor y usted es solamente una tercera persona en la mayordomía. Piénselo como que Él lo está utilizando a usted para ayudarlos a ellos. Evite cuidadosamente tomar cualquier crédito para usted mismo y asegúrese que cualquier gratitud que ellos sientan sea dirigida al Señor.