Q Yo soy salvo y amo al Senor y lo que mas deseo es honrarlo, pero estoy en una relacion que no honra al Senor. Muchas veces, demasiadas para contarlas, he intentado terminar la relacion. Y confieso el pecado deseando enderezar mi relacion con Dios. Odio estar atrapado en esta relacion y mi vida realmente es miserable debido a ello. No he podido liberarme de eso y me siento un completo fracaso ante el Senor. Odio lo que mi vida ha llegado a ser; el enredo de este pecado esta drenando mi vida. ?Por que no puedo tener el coraje para terminarla de una vez por todas? ?Que esperanza me queda? Quiero pretender que me voy al Cielo cuando por las escrituras parece que estoy destinado al infierno y estoy seguro que muchas personas estaran de acuerdo que ahi es a donde terminare yendo. Yo deseo la verdad aun si la misma es esta relacion impia que me esta enviando al infierno. Que fracaso y decepcion debo de ser para el Senor. No estoy pidiendo por una marca de aprobacion por mi comportamiento (yo se que es pecado) pero por favor ayudeme a salir de esta miseria en la que me encuentro.
A Las personas no son enviadas al infierno por sus pecados. Si lo fueran, todos parariamos alli. Las personas se envian a si mismas al infierno por rehusar aceptar el remedio que el Senor ha proveido para sus pecados, y ese es aceptar Su muerte como pago completo por su redencion.
Hay muchas personas creyentes en situaciones similares a la suya, pero animese. El hecho de que usted se siente culpable de su relacion es una evidencia de que el Espiritu Santo lo esta llamando para que se aleje de la misma, y con la ayuda suya El tendra exito. Permanezca pidiendole Su fuerza, porque usted ha demostrado que eso es algo que usted no puede hacer por usted mismo. Recuerde, Zacarias 4:6 dice, «No con ejercito, ni con fuerza, sino con mi Espiritu, dice el Senor Todopoderoso.» Mientras tanto asegurese de que cada vez que usted peca, no importa la clase de pecado que sea, somos perdonados tan pronto como lo confesamos (1 Juan 1:9) porque Jesus ya ha pagado por todos los pecados de nuestras vidas (Colosenses 2:13-14).