Jueves 24 de febrero de 2022
P: Hace años escuché de mi pastor cuando predicó la historia de José que Dios lo colocó en situaciones malas (difíciles) y dice que Dios algunas veces nos pone en situaciones malas. He leído las preguntas y respuestas (P&R) de su página web y usted dice que Dios no nos pone en situaciones malas. En la historia de José, yo creo que él fue lastimado profundamente y muy mal a pesar de que Dios no fue la causa de sus problemas ni Él lo puso en esas situaciones. Pero yo creo que él permitió que fuera vendido como esclavo y puesto en prisión y que Dios usó estas malas situaciones y les dio vuelta para su bien (Romanos 8:28). ¿Cree usted que Dios puso a José en esas situaciones o permitió que estas cosas malas le sucedieran?
R: Lo que yo he dicho es que Dios a los que lo aman todas las cosas les ayudan a bien (Romanos 8:28), aun esas cosas que creemos que son malas. Un número considerable de situaciones difíciles que experimentamos han sido por nuestra propia causa, y muchas otras son debido al hecho de que vivimos en un mundo malo. Pero Dios convertirá esas situaciones a favor nuestro si se lo permitimos. No puedo decirle cuántas veces en mi propia vida yo he estado en situaciones en las cuales todo parece que ningún bien saldrá de ellas, solamente para descubrir después del hecho de que Dios tenía una gran bendición guardada para mí todo el tiempo.
La vida de José es un ejemplo importante de esto y se puede resumir por su comentario a sus hermanos de que lo que ellos pensaron mal contra él, Dios lo encaminó a bien (Génesis 50:20). Cuando sus hermanos lo vendieron para ser esclavo (debido a sus celos), él se convirtió en mayordomo de la casa de Potifar. Cuando él fue acusado falsamente y puesto en prisión (porque rehusó cometer adulterio), fue puesto a cargo de la prisión. Mientras estaba allí él interpretó algunos sueños lo llamó la atención del Faraón. Fue sacado de la prisión y promovido a la posición de autoridad en segundo lugar después de Faraón, y salvó incontables millares de vidas además de haber reunido a su familia. No importa lo que la gente mala le quiso hacer a José, el Señor siempre volvió eso en una bendición. Es el mejor ejemplo de la Biblia de Romanos 8:28 en acción.