¿Cómo podemos estar seguros?

Q

Viernes, 12 de febrero de 2021

P: ¿Cómo podemos estar seguros que somos salvos? He leído y escuchado de pastores y trabajadores de iglesias que confesaron que fueron salvos en las iglesias donde estaban ministrando. También he escuchado de otros que, después de hacer grandes cosas para Dios, negaron abiertamente su fe en Él. Sé que las personas que verdaderamente confían solo en Él para la salvación serán salvas y experimentarán Su poder transformador. Simplemente ya no estoy seguro de si mi fe es del tipo correcto o no, considerando mis fracasos y pecados. ¿Cómo podemos estar seguros que realmente somos salvos y no estar engañándonos a nosotros mismos?

A

R: Si usted es salvo, no tiene que preocuparse por el tipo de fe que tiene, porque la fe que lo salvó no es suya sino un regalo de Dios (Efesios 2:8-9). Todo lo que me ha dicho es de su cabeza, pero la fe de Dios está en su corazón.

Usted puede saber que es salvo porque Jesús dijo que todas las personas que piden la salvación la reciben (Mateo 7:7-8). Nuestro comportamiento externo es irrelevante porque Dios sabe lo que hay en nuestro corazón. Él conocía cada pecado de su vida mucho antes de que usted naciera y los clavó a todos en la cruz. Tan pronto como usted pidió ser salvo, todos fueron perdonados. Y recuerde, si no tuviera fallas y pecados en su vida, usted no necesitaría un Salvador. Podría haberse salvado a usted mismo. Porque tiene esas fallas y pecados, usted es como el resto de nosotros.

Le aconsejaría que deje de tratar de evaluar su situación sobre la base de las cosas que ha oído de parte de otras personas y le pida al Señor, quien es el autor de su salvación, que le dé paz al respecto. Pero recuerde, la salvación no se trata de cómo se siente usted. Se trata de creer en lo que Él dijo.

Antes, ustedes estaban muertos en sus pecados; aún no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa. Pero ahora, Dios les ha dado vida juntamente con él, y les ha perdonado todos sus pecados. Ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros y que nos era adversa; la quitó de en medio y la clavó en la cruz. (Colosenses 2:13-14).