Jueves 14 de septiembre de 2023
P: Usted dice que de cualquier forma que actuemos eso no es causa para perder nuestra salvación. La Biblia dice que el pecado nos separa de Dios. ¿Cómo podemos seguir pecando y aún irnos al cielo?
R: El pecado sí nos separa de Dios. Es por eso que necesitamos un Salvador. Jesús murió para que nuestros pecados ya no nos aparten de la presencia de Dios. Aún después de ser salvos seguimos pecando, así que Jesús tuvo que morir por todos nuestros pecados, pasados, presentes y futuros, y eso fue lo que hizo. Colosenses 2:13-14 dice que Jesús perdonó todos nuestros pecados en la cruz. La palabra “todos” significa todos y cada uno de ellos. Hebreos 10:12-14 dice que por Su único sacrificio para siempre Él nos ha hecho perfectos para siempre, y 2 Corintios 5:17 nos dice que cualquiera que está en Cristo es una nueva creación. Lo viejo se ha ido, lo nuevo ha llegado. La justicia que ahora tenemos viene de Dios por medio de la fe en Jesús (Romanos 3:21-24).
Después de ser salvos y salvas aún debemos confesar nuestros pecados cuando los cometemos para que Dios nos pueda purificar otra vez (1 Juan 1:9), pero nuestra decisión inicial de aceptar la muerte del Señor como pago total por todos los pecados de nuestra vida es todo lo que se necesita para asegurarnos nuestro lugar en el cielo (Efesios 1:13-14).
Esto no quiere decir que somos libres para pecar cuando queramos hacerlo. En lo personal, no conozco a ninguna persona creyente que piense de esa manera, porque todos queremos comportarnos de una forma que agrade al Señor debido a nuestra gratitud por nuestra salvación. Pero ninguna persona es perfecta y pecamos a pesar de nosotros mismos. Cuando lo hacemos los confesamos, y cuando los confesamos el Señor de inmediato nos perdona, y será como si eso nunca hubiera sucedido.