Martes 1 de junio de 2021
P: Si Jesús es Dios, ¿a quién le oraba en el huerto? Y si Él es Dios, ¿cómo puede estar sentado a la derecha del Padre?
R: Debemos admitir que cosas como esas son difíciles de entender y no las comprenderemos en su totalidad hasta que lleguemos a la casa del Padre y las escuchemos directamente de Él. Pero mientras tanto considere lo siguiente. En Génesis 1:1 la palabra hebrea usada para denotar a Dios es Elohim. Es una palabra en plural. En Génesis 1:26-27 Elohim dijo, “¡Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza!” Hablando del mismo evento, Juan 1:1-2 confirmó que la Palabra estaba en Dios y era Dios. Luego Juan 1:14 dice que la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, la gloria que corresponde al unigénito del Padre, llena de gracia y de verdad. Desde el mismo principio tenemos a dos, quienes eran uno.
Eso fue el cumplimiento de una profecía en el Salmo 2:7 en donde Dios dijo, “Tú eres mi hijo. En este día te he engendrado.” Eso significa que mucho antes que el bebé Jesús naciera hubo una discusión entre el Padre y el Hijo en donde sus papeles quedaron definidos. No fue un asunto biológico, sino un asunto teológico. Y sin embargo, ambos todavía afirman ser uno. El mantra de Israel es, “Oye, Israel: el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR es uno” (Deuteronomio 6:4). Y en Juan 10:30 Jesús dijo, “Yo y el Padre somos uno.”
Isaías entendió eso cuando dijo, “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6). Estos nombres le pertenecen al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, pero Isaías dijo que el Hijo sería conocido por todos ellos.
Seguidamente es lo que yo pienso cómo es que eso funciona. En Juan 14:9 Jesús le dijo a Felipe, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.” Luego en Colosenses 1:15-16 y Hebreos 1:3 se nos dice que Jesús es la forma visible del Dios invisible. Dios es espíritu y no puede ser visto por el ojo humano. Jesús es físico y puede ser visto.
Mientras estuvo en la Tierra Jesús puso a un lado Sus poderes divinos y se hizo un hombre completo. Eso significa que Él tenía que hacer Sus milagros con el poder del Espíritu Santo de Dios, como nosotros los hacemos. Y Él tenía que orarle al Padre pidiéndole dirección como nosotros lo hacemos. Y de Apocalipsis 5 vemos que aún después de haber vuelto al Cielo, Él retuvo su apariencia física como “el Cordero que fue inmolado.”
En el Salmo 110 David escribió que el Padre le decía al Hijo, “Siéntate a mi derecha, hasta que yo ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (Salmo 110:1). Él se sienta a la derecha del Padre porque todavía es el trono del Padre, y Sus enemigos todavía no están bajo Sus pies. 1 Corintios 15:26 dice que el último enemigo que será destruido es la muerte. Mientras tanto, Él es la imagen visible del Dios invisible.