Viernes 3 de julio de 2020
P: Yo he estado siguiendo en donde usted está diciendo que la “Iglesia” es la “novia” de Yeshua. ¿Pero no está supuesta la iglesia a ser pura, sin mancha ni arruga, ni ninguna otra cosa como dice Efesios 5:25-27? En mi experiencia la Iglesia es cualquier cosa menos pura, pero a muchas personas eso no parece importarles. ¿No estamos supuestos a estar trabajando por nosotros mismos? Yo pertenezco a un grupo mesiánico de estudio bíblico en el cual nos enseñan que el Señor no puede llevar ante Sí una Iglesia como esa. ¿Qué opina usted?
R: Si usted lee Efesios 5:25-27 con cuidado, usted verá que Jesús dio Su vida para santificar a la Iglesia. Es algo que Él hizo, no algo que nosotros podemos hacer. Si usted está en Cristo ya es una nueva creación. En cuanto a Dios se refiere, lo viejo se ha ido y lo nuevo ha llegado (2 Corintios 5:17). En la cruz Jesús llevó consigo todos los pecados de usted y a cambio le dio toda Su justicia (2 Corintios 5:21). Por consiguiente, todos los pecados de la vida suya están perdonados (Colosenses 2:13-14).
Muchas personas mesiánicas creyentes confunden el antiguo y el nuevo pacto. En el antiguo pacto las personas tenían que trabajar muy duro para lograr y mantener su justicia. En el nuevo pacto la justicia se atribuye por fe (Romanos 3:21.22). La Iglesia fue hecha libre de mancha, de arruga y de cualquier otra cosa en la cruz. No debido a lo que nosotros hacemos, sino debido a nuestra fe en lo que el Señor hizo.
Enseñarnos a que vivamos vidas santas es encomiable, pero hacer que nuestra inclusión en el rapto dependa de cumplir un estándar imposible es inconsistente con la teología del Nuevo Pacto. Porque Cristo con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (Hebreos 10:12-14). No me tome a mal. Yo no estoy consintiendo el pecado. Pero una y otra vez, el Nuevo Testamento nos dice que nuestra salvación no es acerca de cómo nos comportamos, sino que es sobre lo que creemos (Juan 3:16, Juan 6:28-29, Romanos 10:9, Tito 3:4-7).