Viernes 18 de diciembre de 2020
P: Estoy muy angustiado por el hecho de que una amiga mía no es salva, cuando pensé que sí lo era. Ella dice que no cree que la Biblia sea confiable y que no hay forma de saber qué debe tomarse literalmente y qué no. Debido a esto, no está segura si Cristo es el hijo de Dios. Dice que no cree en el infierno ni en Satanás. Ella piensa que un Dios amoroso perdonaría a todos los pecadores. Traté de hablar con ella, pero sin creer en la Biblia, no funcionó. Realmente quiero saber cómo comunicarme con ella.
R: Es muy difícil saber quién se salva y quién no, pero por lo que dice su amiga, es posible que usted tenga razón. Si ha leído 1 Corintios 2:14 usted sabe que la persona sin el Espíritu no acepta y no puede comprender las cosas de Dios. Esto significa que antes de que pueda compartir el Evangelio con alguien de manera efectiva, el Espíritu Santo tiene que crear un sentido de apertura para que él o ella sean receptivos. Y eso solo puede suceder después de que la persona haya expresado su deseo de conocer a Dios.
Su amiga parece estar haciendo todo lo contrario, por lo que el mejor curso de acción para usted es la oración. Pídale a Dios que abra el corazón de ella y le brinde una oportunidad auténtica para que escuche el Evangelio, ya sea por parte de usted o de otra persona. Si lo escuchó antes, aparentemente no estaba convencida, pero nuestro Dios es un Dios de segundas oportunidades y su oración será fundamental para que su amiga obtenga una oportunidad.
“Ante todo, exhorto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los seres humanos; por los reyes (gobernantes) y por todos los que ocupan altos puestos, para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todo el género humano sea salvo y llegue a conocer la verdad.” (1 Timoteo 2:1-4)