Miércoles 28 de octubre de 2020
P: Ref.: ¿Cómo vamos a creer? ¿No es el amor que recibimos de Jesús la seguridad que tenemos en Él, el hecho que Él nos conoce, y nos ama, y tiene una relación con nosotros? ¿No es por medio de ese amor que Él nos expresa lo que nos muestra todas las cosas de Su Reino? Un enfoque estudioso de la Biblia es grandioso para tener argumentos, especialmente con la persona incrédula, o la persona que no ha aprendido a confiar en fe, pero ¿no es la revelación de la Verdad, dada por el Espíritu Santo, la meta de la escritura? No hay nada fácil acerca de creer, y yo he encontrado que la mayor piedra de tropiezo soy yo misma, mi manera de pensar, mi necesidad de pensar que puedo entender.
R: Estoy de acuerdo con usted en lo que escribió, pero como el interrogador dijo, muchas otras personas de otras religiones tienen los mismos sentimientos acerca de sus dioses. El asunto tiene que ver con saber que nuestras creencias están justificadas. Y eso es lo que hace que la Biblia sea única. Al aplicar el método que esbocé de cómo podemos probar que hay algo más a nuestra creencia que sólo nuestros sentimientos, tenemos el peso de la evidencia para sustentarlos. Después de eso, el creer se vuelve más fácil. Entonces si el creer es aún difícil para usted, yo le sugiero que aplique el método por usted misma.
A propósito, esta idea nos única para mí. Varias veces el mismo Dios nos ha advertido de hacer eso. Los 11 capítulos que conforman Isaías 40-50 son especialmente ricos en este aspecto, y deben de ser leídos por todas las personas. A continuación un ejemplo entre muchos otros.
“Acuérdense de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho” (Isaías 46:9-10).
Recuerde, usted ha confiado su destino eterno a su fe de que lo que usted cree es cierto. En Su palabra Dios nos ha mostrado que Él es Quién dice ser. Él espera que confiemos en Él por eso.