Martes, 14 de agosto de 2018
P: No hace mucho tiempo, sufrí un colapso emocional y tuve que ser hospitalizado temporalmente. Desde ese momento, muchos de mis pecados pasados han salido a la superficie en mi memoria. Soy un creyente y sé que todos mis pecados han sido perdonados. Pero estoy muy agobiado por estos pecados y quiero confesárselos a alguien. ¿A quién debería buscar para que escuche mi confesión?
R: Antes que nada, usted debe entender que estos pecados vienen a su mente para que pueda perdonarse a usted mismo porque el Señor ya lo ha perdonado. Colosenses 2:13-14 nos dice que cuando Jesús fue a la cruz Él perdonó todos nuestros pecados clavándolos en la cruz y muriendo por ellos. Tan pronto como usted se hizo creyente, cada pecado de su vida fue lavado en Su preciosa sangre.
Estoy de acuerdo en que confesar esos pecados será útil para que usted pueda recuperarse. Pero debe confesárselos a Dios, no a otra persona. 1 Juan 1:9 dice que si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo, y nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad.
Si usted cree que es necesario hacer una confesión formal para aliviar la carga que lleva, escriba todos sus pecados en una carta al Señor. En el primer día ventoso lleve la carta a un lugar privado y léasela a Él en voz alta.
Cuando haya terminado de leer la carta, quémela y hágala cenizas. Luego, mientras usted mira el viento soplar las cenizas, lea el Salmo 103:8-12. El versículo 12 resume el pasaje, y dice: “Tan lejos como está el oriente del occidente, alejó de nosotros nuestras rebeliones.”