Jueves 18 de abril de 2019
P: Hace poco fui acusado de defectos de carácter en el trabajo. En un caso porque le hablaba duramente a la gente y en otro porque demostraba una pobre ética laboral. He tenido un conflicto en mi corazón sobre cómo responder a tales críticas. ¿Cómo puedo discernir si Satanás me acusa y me hace sentir culpable o si Dios me está condenando por el pecado? Le pedí a Dios que me perdone si de alguna manera estaba equivocado. Aun así, no puedo responder a la pregunta: ¿Satanás me está atacando o Dios está tratando de enseñarme? ¿Cómo podemos nosotros, como cristianos, saber la diferencia?
R: Como regla general, la convicción del Espíritu Santo lo acercará más a Dios, mientras que un ataque satánico usa la acusación para hacerlo sentir culpable y lo aleja de Él.
Piense en Adán y Eva en el paraíso. Después de haber comido la fruta, se escondieron de Dios, y cuando Él los encontró, culparon a la serpiente en lugar de pedirle al Señor que los perdonara (Génesis 3:8-13). Satanás usó su culpa para abrir una brecha entre Dios y ellos.
Ahora fíjese en el Rey David. Después de pecar con Betsabé, buscó el perdón del Señor con un corazón humilde y contrito (Salmo 51). Esta fue la convicción del Espíritu Santo y, como resultado de ello, David se acercó a Dios.
Pero este incidente suyo no tiene que ser más complicado que el hecho de que un compañero de trabajo o supervisor no esté satisfecho con su conducta. Ya sea correcto o incorrecto, eso ha hecho que usted evalúe su propio comportamiento. El hecho de que le haya pedido de inmediato al Señor que lo perdone, indica que usted sintió cierta convicción. Pero este tipo de cosas no siempre tiene que ser un ataque espiritual, así que a menos que haya más que lo que me está contando, solo déjelo ir y resuelva ser más cuidadoso con los sentimientos de las personas que lo rodean.