Jueves 28 de octubre de 2021
P: Me he puesto a pensar cómo es que la idea de volver la otra mejilla se aplicaría a las personas cristianas en Irak, Siria, etc., y al Estado Islámico. Quizás la diferencia es que ISIS quiere matarlos. Yo creo que la Biblia debe de aplicarse de la misma manera a las personas cristianas en todos lados y por eso es que la prédica de la prosperidad no funciona. ¿Me puede iluminar sobre esto?
R: Las condiciones actuales en el Medio Oriente no son típicas de la interacción humana diaria. Las personas están peleando por sus vidas en contra de un enemigo que ha jurado matarlas. Yo no creo que sea razonable esperar que las personas cristianas en el Medio Oriente ni en ningún otro lado, “vuelvan la otra mejilla” a esa clase de ataques violentos a su propia existencia.
Pero es importante para nosotros entender que la prosperidad como se explica en la Biblia sí funciona. Sí funciona porque se basa en el agradecimiento.
Es nuestro agradecimiento por lo que el Señor ha hecho por nosotros lo que nos hace ser generosos. Dios tiene recursos ilimitados y los puede distribuir como a Él le plazca. El método que Él ha escogido es darle proporcionalmente más a las personas que son más generosas (Lucas 6:38, 2 Corintios 9:6) porque esas son las personas que están demostrando mayor agradecimiento. La enseñanza del Señor sobre la Ofrenda de la Viuda (Marcos 12:41-44) mostró que no es lo mucho que damos sino el agradecimiento de nuestro corazón lo que a Él le importa. Mientras más generosos somos hacia los demás, más generoso será Él hacia nosotros tanto que Pablo dijo que seríamos enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión pudiéramos ser generosos (2 Corintios 9:11).
Compare eso con la forma cómo se predica la prosperidad, la cual está basada en la avaricia. Un predicador de la prosperidad dice, “Si usted quiere algo bueno para usted envíeme algún dinero a mí. El Señor le retornará 10 veces más de lo que usted me envíe para que usted pueda adquirir lo que usted desea para usted.” Eso es dar como una forma de obtener. Las personas que responden a eso no le están dando a Dios con la intención de bendecir a otras personas en agradecimiento por lo que han recibido. Están dándole a una persona con la intención de enriquecerse ellas mismas por el deseo de tener más.
El evangelio de la prosperidad” es un principio de Dios que ha sido torcido para convertirse en una herramienta del diablo.