¿Cuándo no es pecado mentir?

Q

Miércoles, 17 de febrero de 2021

P: Mientras discutíamos la Biblia con una persona atea, estábamos en el tema del pecado. Le expliqué cómo a través de Adán heredamos el pecado con lo que mi amiga atea tuvo algunas dificultades. Ella sintió que hay momentos en los que no tenemos más remedio que pecar. Le pedí que me diera un ejemplo, esto es lo que ella ofreció.

Si una familia, durante la Segunda Guerra Mundial, iba a esconder a una familia judía de los soldados nazis, y cuando esos soldados nazis les preguntaban si sabían de algún judío alrededor, y la familia decía que no, ¿mintieron? ¿Se consideraría eso un pecado ya que estaban protegiendo la vida de la familia judía? ¿Tendría que arrepentirse esa familia? Mi amiga atea piensa que este es un buen ejemplo de una situación en la que hacer lo correcto no debe considerarse un pecado, por lo tanto, hay áreas grises en los mandamientos de Dios. ¿Cómo respondería a este ejemplo?

A

R: No veo cómo ella podría creer que proteger a una persona inocente de alguien que sabes que tiene la intención de dañarla podría considerarse un pecado, pero su pregunta muestra cuán poco las personas incrédulas conocen los caminos de Dios y eso le da a usted una gran ventaja. Y la oportunidad de iluminarla.

Si yo fuera rabino, podría decir que el noveno mandamiento solo prohíbe dar falso testimonio, en otras palabras, acusar a alguien en un tribunal de algo que no hizo, mientras que el sexto prohíbe el asesinato. Negar a revelarle el escondite de una persona judía a un nazi no viola el noveno mandamiento porque no estarías acusando falsamente a esa persona judía de nada, pero revelarlo bien podría convertirlo a usted en cómplice de un asesinato, que es una violación del sexto mandamiento. Proteger a la persona judía mintiéndole al nazi no sería un pecado.

En Mateo 25:40, hablando de recompensar a los creyentes en la Segunda Venida, Jesús dijo: “Todo lo que hagan por el más pequeño de estos hermanos míos, lo hacen por mí». Él estaba hablando de ayudar a las personas judías en una situación muy similar a la que su amiga planteó, y no podía recompensar a alguien por pecar.

Por cierto, ella tiene razón al decir que a veces no tenemos opción sobre pecar. Si pudiéramos evitar pecar, no necesitaríamos un Salvador, pero nuestra naturaleza pecaminosa lo hace imposible. Dios no espera que no pequemos porque sabe que no podemos evitarlo. Lo que Él espera que hagamos es aceptar Su remedio por nuestros pecados. Ayúdela a entender eso y así usted podría abrir sus ojos a quién es Dios en realidad.