Viernes 26 de junio de 2020
P: Tengo una pregunta para usted con respecto al “fruto del Espíritu”. Jesús dijo que reconoceríamos a las personas cristianas de la misma manera que reconoceríamos un buen árbol, porque da buenos frutos. Sin embargo, como personas cristianas, continuamos pecando y llevando constantemente ‘frutos malos’, fácilmente reconocibles por nuestro comportamiento no cristiano. ¿Significa esto que no somos verdaderamente salvos o nacidos del Espíritu?
R: En Juan 15:5-6 Jesús dijo que si permanecemos en Él daremos mucho fruto, pero separados de Él no podemos hacer nada. Recuerde, ser salvo y dar fruto no es lo mismo. La salvación solo requiere creer. Dar fruto no sucede hasta después de que somos salvos. Entonces, el fruto en nuestra vida no es evidencia de salvación, sino del poder de Dios obrando a través de nosotros.
Muchas personas cristianas viven vidas espiritualmente sin sentido porque no han “permanecido en Él”. No confiesan los pecados que cometen y caminan solos sin buscar Su guía. Parecen estar bien según los estándares seculares, pero no se dan cuenta de que su vida no tiene valor para el Reino. Están separados de Él y no pueden hacer nada. Todavía están en el lado correcto del perdón, pero están en el lado equivocado del poder. Sus vidas no dan testimonio de la increíble bendición que el Señor les proporcionó.
La cura para esto es aplicar Romanos 12:1-2, para dejar de ajustarse a los patrones de este mundo y transformarse por la renovación de sus mentes, convirtiendo toda su vida en un sacrificio vivo para Dios. Entonces descubrirán Su voluntad para ellos y recibirán el poder para llevarla a cabo. En el proceso, se volverán inmensamente más felices y el mundo comenzará a ver el buen fruto que dan.