Miércoles 3 de febrero de 2021
P: Tenemos una confusión mi esposo y yo y algunos de nuestros amigos más cercanos sobre el significado de 2 Corintios 9:8-9. Todos nosotros creemos que debemos dar el diezmo y de hecho lo hacemos, además todos damos más que el diezmo para otros ministerios. Algunos de nosotros creemos que esos versículos dicen que les debemos dar a todos los que nos piden dinero sin tomar nada en cuenta. Otros dicen que debemos tener discernimiento a quién le damos dinero. Todos queremos ser generosos. Si no les damos a todos los que nos piden dinero o ayuda financiera, ¿estamos siendo desobedientes a esta escritura?
R: En Lucas 6:30 Jesús dijo que debemos darles a todos los que nos piden, pero el contexto de Su afirmación era el de amar a nuestros enemigos. Yo creo que Él estaba diciendo que no debemos permitir que nuestros sentimientos personales hacia una persona influencien nuestras acciones. Él también estaba hablando de donaciones ocasionales como darle a alguien un dinero una sola vez sin esperar retribución alguna.
En 2 Corintios 9:8-9 Pablo estaba pidiendo una expresión más sustancial de generosidad para ayudar a la Iglesia en Jerusalén en dónde la gente estaba sufriendo los efectos de una hambruna severa.
Yo creo que la respuesta a su pregunta está en el versículo anterior. “Cada uno debe dar según se lo haya propuesto en su corazón, y no debe dar con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama a quien da con alegría” (2 Corintios 9:7). Yo creo que este versículo alega en contra de dar indiscriminadamente, y nos dice de escuchar el consejo del Espíritu Santo. De esa forma siempre tendremos abundancia para cada buena obra, lo cual es una obra que el Espíritu Santo ha confirmado.
A propósito, solamente porque una iglesia ha empezado a formar un fondo, o una persona desea ir a un viaje misionero o empezar un ministerio, eso no significa que automáticamente sea una “buena obra” impulsada por el Espíritu Santo. Permítale a Él confirmar eso en su corazón antes de actuar.