Viernes 12 de noviembre de 2021
P: Yo soy una mamá que está en la casa y mi esposo es un profesor. Fuimos bendecidos con un trabajo hace 4 años cuando decidimos mudarnos. Yo sé que fue el momento perfecto de Dios y este trabajo ha proveído para nuestra familia muy bien. A mi esposo le gusta su trabajo pero no ama su trabajo. Recientemente ha estado debatiendo si debe permanecer en esa profesión o no. Él tiene muchos otros trabajos que nos pueden sostener.
Nuestra pregunta es, ¿debemos ser agradecidos con Dios por el trabajo con que nos bendijo y que mi esposo es capaz de hacer, a largo plazo? ¿O debe él tratar de buscar un trabajo en la vida, que él ame? ¿Qué le diría Jesús que debe hacer? Queremos estar agradecidos por las bendiciones en nuestras vidas pero no estamos seguros cuándo salirnos del camino en que estamos.
R: Ustedes pueden no haber querido decirlo, pero suenan como si están considerando hacer este cambio sin consultárselo a Dios. Usted dice, “decidimos mudarnos” y luego Dios bendijo a su esposo con un trabajo. Ahora usted dice que su esposo está debatiendo por querer intentar algo diferente. ¿Alguno de ustedes dos ha sentido que el Señor los está moviendo en una dirección diferente? ¿Le ha preguntado al Señor sobre ello? Obviamente ustedes tienen la libertad de tomar sus propias decisiones, pero en mi experiencia mientras más temprano involucre al Señor en decidir sobre cambios como este, mejor salen las cosas.
Él quiere lo mejor para ustedes y Él quiere que ambos tengan una vida abundantemente llena. Pero Él también los va a dejar libres para que se vayan por su propio camino, aún si Él no está de acuerdo con lo que están haciendo.
El Salmo 37:4 dice que cuando nos deleitamos en el Señor, Él nos concederá las peticiones de nuestro corazón. Yo le sugiero que pongan esta decisión ante Él en oración y que esperen Su respuesta antes de hacer algún plan. ¿Qué tienen que perder?