Viernes 2 de julio de 2021
P: Espero que usted pueda aclararme algo. Específicamente, yo sé que soy salvo por lo que yo creo. Habiendo dicho lo anterior, cuando Jesús habla de ser discípulo, él menciona dejar familia, amistades, y todo lo demás atrás para seguirlo. Yo entiendo que Él estaba hablando acerca de los que lo rodeaban en ese tiempo, y sin embargo, al mismo tiempo, se nos desafía a ser discípulos. ¿Hay alguna diferencia entre ser salvos y ser discípulos?
R: Yo creo que usted se está refiriendo a Lucas 14:25-27:
“Como grandes multitudes lo seguían, Jesús se volvió a ellos y les dijo: Si alguno viene a mí, y no renuncia a su padre y a su madre, ni a su esposa y sus hijos, ni a sus hermanos y hermanas, y ni siquiera a su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.”
Esta es una referencia al primer mandamiento. En efecto, Jesús estaba diciendo que no debemos venerar algo más que a Dios, sino que debemos amarlo a Él con todo nuestro corazón, alma y mente (Mateo 22:37). En el sentido histórico, Él sabía que muchas personas lo seguían porque las había alimentado y había curado a sus enfermos. Pero la misma idea es cierto hoy día. Cuando llegamos al Señor debemos hacer de nuestra vida un sacrificio vivo para Él. Es nuestro acto espiritual de adoración, la expresión de nuestra gratitud por haber sido salvos (Romanos 12:2).
Un discípulo es un seguidor o estudiante. En Mateo 28:19 Él les dijo a los Once que hicieran discípulos a todas las naciones (personas).Yo creo que Él estaba implicando que no había ninguna diferencia entre ser uno salvo y ser discípulo.
Como es con todas las cosas que conciernen al Señor, esto es un asunto del corazón, no un requisito de un comportamiento específico. No se nos dice que salgamos y abandonemos nuestras responsabilidades, sino que lo hagamos a Él nuestro primer amor lo cual separa por un gran margen nuestros sentimientos hacia nuestra casa y familia, o cualquier otra cosa que nos puede distraer de amarlo a Él, que son cosas que pueden compararse como si lo odiáramos a Él.