Lunes 5 de agosto de 2019
P: Estaba leyendo una de sus respuestas en la que quien escribe estaba preocupado acerca de diferencias de clase en el cielo basadas en nuestras obras para el Reino después de ser salvos. Me trajo a la mente la Parábola que Jesús enseñó acerca de los obreros que fueron contratados ya al finalizar la tarde y que recibieron el mismo salario que los que habían sido contratados desde temprano en la mañana. Los tempraneros se quejaron, pero el dueño de la viña dijo que era su campo y su dinero, y que él podía pagar lo que quisiera a quienquiera que él quería. Me parece a mí que esto enseña que los Benditos no van a hacer comparaciones individuales en relación con quién obtiene más recompensas en el Reino o en la Eternidad. ¿Qué piensa usted?
R: La Parábola de los Obreros en la Viña (Mateo 20:1-16) realmente se trata del hecho de que no importa el momento en nuestras vidas en que aceptamos el perdón del Señor por nuestros pecados, vamos a obtener el mismo paquete de beneficios como todos los demás. Quienes tienen una vida completa de trabajo religioso se encontrarán que no son más salvos que quienes confesaron sus pecados en el último momento. Esto se debe a que es nuestra fe la que nos salva, no son nuestras obras.
Aun así, usted está en lo correcto al decir que ninguno de nosotros sentirá envidia, celos o animadversión hacia otras personas creyentes. Esas son emociones de la naturaleza pecaminosa de la cual seremos liberados en la resurrección/rapto.