Viernes, 22 de diciembre de 2017
P: ¿Cómo Dios decide qué oraciones contestar? Estoy seguro que muchas de ellas se oponen a otras. Por ejemplo, digamos que hay un 50% de probabilidad de lluvia en el pronóstico del fin de semana. Un granjero local ve eso y ora desesperadamente para que llueva. Ha estado muy caliente todo el verano y sus cosechas se están marchitando. Si él no obtiene esa lluvia, la cosecha se perderá y él tendrá que vender su finca, lo cual es lo único que posee para su sustento.
Al mismo tiempo, una familia local escucha el pronóstico del tiempo y se preocupa. Ellos finalmente habían terminado de organizar una reunión largamente esperada, la cual incluye parientes que probablemente no volverán a ver debido a su edad y su estado de salud. Esa familia ora desesperadamente para que no llueva y así la reunión se pueda llevar a cabo. Estoy seguro que hay oraciones opuestas todo el tiempo. ¿Cómo es que Dios escoge cuáles contestar?
R: El problema con una situación hipotética como la que usted ha planteado aquí es que se basa en la visión limitada del ser humano la cual fracasa en tomar en cuenta la visión ilimitada de Dios. Por ejemplo, ¿qué si el granjero estaba fuera de la voluntad de Dios para él y había decidido ser granjero por su propia cuenta? ¿Qué si Dios ha estado durante años tratando de persuadir a ese hombre para que se vuelva a Él y ser bendecido? ¿Qué si el Señor ha visto por adelantado un accidente de automóvil que acabaría con varios miembros de la familia a menos que esa reunión sea cancelada?
Mi punto es que no hay forma para poder evaluar las acciones de Dios porque no podemos compartir Su perspectiva. Romanos 8:28 nos dice que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Esto quiere decir que Él es capaz de bendecir tanto al granjero como a esa familia, y no está obligado por lo que nosotros miramos como una circunstancia de “esto o lo otro.” El hecho de que nosotros generalmente no vemos esa promesa funcionando en nuestras vidas se debe a nuestra perspectiva limitada. Pero con fe podemos saber que es cierto.