¿En dónde está mi seguridad bienaventurada?

Q

Miércoles 7 de julio de 2021

P: A pesar de haber crecido en la iglesia y que los miembros de mi familia son personas cristianas, no puedo recordar en ningún momento cuándo “pasé adelante” al altar para ser “salvo.” A pesar de orar toda mi vida por fortalecer mi fe, por la “seguridad bienaventurada,” con frecuencia me pregunto si soy uno de esos vasos destinados a destrucción. ¿Me puede ayudar?

A

R: Igual que usted, yo nunca respondí a un llamado al altar cuando crecí porque la iglesia a la cual mi familia asistía no hacía eso. Yo nací de nuevo a la edad de 40 años después de haber estado asistiendo a la iglesia toda mi vida, pero para mí eso era un arrebato de lógica, no de emoción. Cuando estudié el asombroso registro de la profecía cumplida en la Biblia, me convencí de que solamente podía haber una explicación lógica. Alguien fuera del domino del tiempo había estado prometiendo cosas por adelantado para luego mantener esas promesas con el objeto de probarnos que Él existe.

En cuanto a vasos destinados para destrucción, esa es una mala interpretación de las Escrituras la cual ha causado que muchas personas se preocupen como lo está haciendo usted. El Autor de la Vida no creó a nadie destinado para destrucción, sino que quiere que todos sean salvos (2 Pedro 3:9; 1 Timoteo 2:1-4). La seguridad que usted está buscando se encuentra en todo el Nuevo Testamento. Las propias palabras del Señor lo confirman:

Pidan, y se les dará, busquen, y encontrarán, llamen, y se les abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.” (Mateo 7:7-8).

Yo podría continuar citando Juan 3:16; Juan 6:38-40; Romanos 10:9; Romanos 10:13 y otro número de lugares en donde está claro que nosotros tenemos que elegir aceptar el perdón que el Señor adquirió por nosotros en la cruz. Dios le ha dado a usted lo que Él sabe que usted necesita. El resto depende de usted. Comprométase a memorizar esas promesas y repítalas cuando se sienta inseguro, añadiendo oraciones de agradecimiento. El Señor que lo ha salvado a usted está tratando de darle paz pero usted tiene que hacer su parte también (Filipenses 4:4-7).