Martes 28 de abril de 2020
P: Como todos sabemos, Daniel y sus tres amigos fueron reclutados y vivieron bajo el mismo imperio babilónico de Nabucodonosor (Daniel 1:17-20; 2:17-19), ¿Por qué Daniel no era parte del grupo que desafió al orden del rey de adorar la estatua de oro (Daniel 3:8-18)? Cuando fueron arrojados al fuego, ¿qué estaba haciendo Daniel, que también vivía como gobernante y administrador principal de toda la provincia de Babilonia (Daniel 2:47-48)? ¿Fue debido a su posición de gobierno junto con el rey que fue excluido y, por lo tanto, no se vio obligado a adorar al ídolo de oro?
R: Solo hay tres posibilidades en que Daniel podría haber evitado la confrontación. La primera es que se inclinó ante la estatua. La segunda es que no se inclinó, pero no fue denunciado. Ambas son altamente improbables, dado el carácter de Daniel y la animosidad de los otros funcionarios hacia Daniel y sus amigos por igual.
La tercera posibilidad es la que la mayoría de los eruditos aceptan, y es que él estaba lejos de la ciudad capital cuando ocurrió el evento. Esto explicaría su ausencia de la narrativa, y también por qué los otros administradores tuvieron el coraje de acusar a sus amigos.
Si esta tercera posibilidad es correcta, entonces el evento del horno de fuego se convierte en un modelo de la Gran Tribulación. Nabucodonosor representa al anticristo que erige una estatua de sí mismo y requiere que todos lo adoren bajo pena de muerte (Apocalipsis 13:14-15). Los 3 amigos de Daniel son un tipo del remanente judío creyente que permanece fiel y se preserva a través del fuego. Y Daniel modela la Iglesia, desaparecida durante todo el evento.