El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo

Q

Viernes 4 de junio de 2021

P: Igual que usted, yo estoy de acuerdo en que el que detiene mencionado en 2 Tesalonicenses 2 es el Espíritu Santo. Se ajusta a la información de que en el Rapto, el Espíritu Santo ya no detendrá más a Satanás, y todo el infierno se va a soltar, literalmente. Pero su artículo me puso a pensar, y en particular acerca del libro de Job. En el primer capítulo vemos que Satanás se presenta ante Dios, y como usted sabe, el Señor le dijo que considerara a Su siervo Job. A Satanás se le “permite” hacer muchas cosas para influenciar la relación de Job con Dios. Satanás pudo haber hecho muchas cosas más, pero Dios lo detuvo para no hacer todo lo que habría podido hacer. Al aplicarle esto al que lo detiene, pienso si se puede elaborar un argumento de que el mismo Dios es el que detiene. Ciertamente Él pudo controlar directamente lo que Satanás podía hacer, y eso aún puede ser cierto hoy en día. Aún se ajusta a la referencia de Génesis que usted mencionó “que vendría un tiempo cuando el Espíritu Santo se apartaría a un lado y permitiría que transcurriera un tiempo de juicio.” ¿Podríamos también ver el cumplimiento de eso después que la iglesia sea removida? Sí, Él aún podría estar haciendo del que lo detiene a través de Su Espíritu Santo, tanto entonces como ahora, pero eso coloca el control en manos de Dios.

A

R: En el sentido general de las cosas lo que usted dice es correcto. Pero me pregunto si usted entiende que Dios, el Espíritu de Dios, y el Espíritu Santo son uno y el mismo. Dios destacó a la parte de Sí mismo que es Su Espíritu, la tarea de detener el mal en el mundo, de la misma forma como Él destacó la parte de Sí mismo que es su Hijo la tarea de venir al mundo como un hombre para redimirnos de la atadura del pecado.