El pecado que nos asedia, seguimiento

Q Lei su respuesta a «El pecado que nos asedia«. Yo crei que cuando nacemos de nuevo somos una nueva creacion con nuevos deseos. Entonces, si las personas continuan viviendo en pecado (como la pornografia y las relaciones homosexuales), luego sus deseos realmente no cambiaron. Pasajes como que los buenos arboles dan buenos frutos porque los buenos arboles no pueden dar malos frutos saltan en mi mente. No estoy diciendo que no vamos a pecar, es solamente que no nos sumergiremos en pecado o viviremos en pecado (como en una relacion homosexual). Entonces si alguien cree de esa manera, ?no se justificaria cuestionar su salvacion en primer lugar? Yo creo en la seguridad eterna, es solamente que la pregunta es si esas personas fueron verdaderamente salvas en primer lugar.
A Nosotros cometemos un enorme error al juzgar a una persona solamente por su gran fracaso. Muchas de las personalidades publicas vivieron vidas llenas con grandes contribuciones al Reino antes de haber caido. Sin embargo, esas personas tambien le permitieron al diablo que pusiera un asidero en sus vidas. Conforme continuaban haciendo grandes cosas, tambien continuaron flirteando con ciertos pecados. En algun punto de sus vidas ese asidero se hizo una fortaleza, una poderosa fortaleza capaz de resistir poderosos intentos para destruirla. Finalmente el diablo las derroto en un esfuerzo para anular sus grandes logros.

Mis estudios sobre la psicologia del comportamiento (estudios informales, sin titulo) me hicieron sospechar que en el nucleo de su sistema de creencia, esas personas sostenian una conviccion subconsciente que no merecia el honor que estaban recibiendo, y conforme se hacian mas famosas experimentaban mas presion para probarse a si mismas que no eran dignas. El enemigo utiliza esos puntos vulnerables con una gran ventaja.

Todos nosotros continuamos pecando despues de haber sido salvos, y todos tenemos pecados favoritos a los que rehusamos renunciar. Para la mayoria de nosotros eso nunca se convierte en un asunto publico porque no hemos tenido esa clase de influencia que atrae la atencion del diablo. Debido a eso es imposible que nosotros podamos entender la presion y el dolor que esas personalidades publicas estan soportando. Esa es una de las razones por la que Jesus nos dijo de no juzgar a los demas sino dejarle ese asunto a El (1 Corintios 4:5).