En el imperio griego, el discurso en publico y el debate eran estimulados y muchas ciudades habian designado lugares especialmente para ese proposito. El Atenas, la predica de Pablo en el lugar del mercado le llamo la atencion al Areopago, un consejo de autoridades atenienses nombradas asi por el lugar en donde se reunian. (Los romanos lo llamaban «La Colina de Marte»). Estas autoridades estaban intrigadas por la predicacion de Pablo del Evangelio y algunos de ellos se hicieron creyentes debido a ella (Hechos 17:16-34).
Con el correr del tiempo estos creyentes atrajeron a otros y eventualmente su grupo crecio para convertirse en la Iglesia Ortodoxa Griega, la cual se compone de un millon de personas hoy dia. Y todo debido a un predicador callejero itinerante llamado Pablo.