Enojada con Dios durante 40 años

Q

Jueves 18 de junio de 2020

P: Mi Hermana perdió una niña bebé por muerte de cuna hace más de 40 años, y el dolor todavía persiste. Ella con frecuencia me pregunta por qué Dios se llevó a su hija. Tengo que admitir que no lo sé, a pesar de que sé que mi sobrina está con nuestro Padre en el Cielo. Durante todos estos años mi hermana ha estado enojada con Dios por ese motivo. ¿Cómo le puedo responder a su pregunta sin entrar en una discusión?

A

R: Intente decirle que dos de las principales consecuencias del pecado que entró en el mundo son la enfermedad y la muerte. Y lo peor es que pueden golpear a cualquier persona en cualquier momento, aun a bebés pequeños e inocentes.

Cuando los bebés mueren, van directamente a estar con Dios, así que usted está en lo cierto al decir que su sobrina está con su Padre Celestial. Él no se la quitó a sus padres, sino que la recibió a Sí mismo después que fue una víctima de nuestro mundo infestado de pecado.

1 Juan 5:19 nos dice que el mundo entero está bajo control del maligno, así que él es la parte responsable aquí. Y mientras las personas culpen a Dios por cosas como esa en vez de al otro, el diablo los puede hacer sentirse miserables.

El hecho es que Dios quiere sanar el corazón desecho de su hermana, pero no lo podrá hacer mientras ella continúe culpándolo a Él. Si ella pudiera darse cuenta de que no fue Dios quien lo hizo, sino Satanás, ella podría ver que la separación forzada de su hija, a pesar de ser dolorosa, no es permanente. Ella todavía tiene la oportunidad de pasar la eternidad con su hija, y saber que nadie las podrá separar de nuevo.

Hasta entonces, ella solamente tiene que pedirle perdón al Señor por haber estado enojada con Él durante todos estos años. Una vez que ella lo haga, desde lo más profundo de su corazón, una paz que sobrepasa todo nuestro entendimiento, caerá sobre ella y finalmente ella podrá cerrar este trágico evento.

Pablo escribió, “Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes de que el sol se ponga, y no den lugar al diablo” (Efesios 4:26-27). Dar lugar equivale a darle un asidero, o un lugar dónde establecerse, y eso puede llegar a convertirse en una fortaleza. Su hermana ha estado prisionera en una fortaleza de su propia hechura durante 40 años. Ya es tiempo para que se libere.

Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes” (Santiago 4:7-8)