¿Es Dios un Padre amoroso o un juez estricto?

Q

Jueves 20 de septiembre de 2018

P: Habiendo investigado el movimiento de la “iglesia emergente”, quedé confuso con respecto a la enseñanza de un “evangelio amistoso al hombre” que estas iglesias han adoptado. Algunos teólogos creen que eso está mal, que Dios es un Dios Santo y el hombre en su estado pecaminoso es enemigo de Dios. También, el Salmo 5 dice que Dios odia a Sus enemigos, pero Jesús nos dice que amemos a nuestros enemigos. ¿Por qué nos dice que hagamos eso si Él mismo no los ama? Finalmente, yo siempre he creído que no debemos juzgar ni condenar, sin embargo esto parece sugerir un “enfoque centrado en el hombre”. Esos mismos teólogos creen que el verdadero Evangelio enseña el arrepentimiento y un sentido de estar conscientes del pecado; que el único camino a Dios es a través de la “puerta angosta” al vivir una vida de sacrificio. Ya no estoy seguro qué significa todo esto. ¿Es Dios un padre amoroso, o un juez estricto?

A

R: Usted ha tocado varios puntos importantes aquí. Primero que todo, todas las cosas cambiaron en la cruz. Lea Efesios 2:1-10 y se dará cuenta de que a pesar de que por nuestra naturaleza fuimos objetos de ira, Dios en una grandiosa manifestación de gracia jamás vista, nos salvó, nos dio vida eterna y nos resucitó para sentarnos con Él en los lugares celestiales. Él hizo esto no porque tuviéramos algún mérito por nosotros mismos, sino por las incomparables riquezas de Su Gracia. Todo lo que tenemos que hacer es creer que Él murió para salvarnos y resucitó de nuevo.

Colosenses 1:19-20 dice que en la cruz Dios se reconcilió a Sí mismo con nosotros e hizo la paz mediante la muerte de Su Hijo. Ahora el hombre solamente permanece alejado de Su amor al fracasar al no aceptar Su regalo de gracia. Nosotros quienes lo hemos aceptado somos animados a amar a nuestros enemigos como una expresión de gratitud por el amor que Dios nos ha mostrado al salvarnos.

La interpretación de la puerta angosta en Mateo 7:13-14 como que se refiere a una vida de sacrificio, es idea del hombre, no de Dios. Nos ayuda a entender que todos en el camino están buscando la salvación. Al camino ancho y la puerta ancha se acomodan todas aquellas personas que siguen religiones falsas o que tratan de ganase su propio camino. La puerta angosta es solamente por fe, pidiéndole al Señor que nos salve y luego creyendo que Él ya lo ha hecho (Mateo 7:7-8).

Jesús nos advirtió no juzgar a los demás (Lucas 6:37) y Pablo lo confirmó (1 Corintios 4:5). Pablo también dijo que no permitiéramos que nadie nos juzgue (Colosenses 3:16).

En cuanto a nuestra relación con Dios, Él nos ha dado la autoridad de ser uno de Sus hijos (Juan 1:12-13) y dirigirnos a Él con Su nombre más íntimo (Romanos 8:15) y llegar a Su presencia con libertad y confianza (Efesios 3:12). ¿Le parece a usted que eso es ser un juez estricto?

Dicho todo lo anterior, yo no soy un seguidor del movimiento de la iglesia emergente. Al eliminar completamente el énfasis de la necesidad de nacer de nuevo, este movimiento ha mantenido a muchos de sus seguidores apartados del amor de Dios y los ha dejado en un estado de ser objetos de Su ira. Espiritualmente, estas personas no son mejores ahora que antes de haberse unido a ese movimiento.