Viernes 27 de enero de 2023
P: Le he escrito antes expresándole mi frustración por estar casada con un incrédulo y no poder estar tan involucrada en el servicio de la iglesia como me gustaría. Recientemente, sentí que el Señor me estaba diciendo que he estado tratando de caminar el camino de otra persona en lugar de mi propio caminar con Él. En lugar de abrazar mi situación y lo que el Señor quiere que haga, he tenido envidia de otras personas cristianas que son libres de servir en la iglesia. Realmente quiero caminar en las obras que Dios ha expuesto delante de mí.
Soy esposa y madre, y estoy completamente rodeada de miembros de mi familia que no conocen al Señor. Estoy sintiendo que el Señor me dice que mi servicio a Él implica orar y ministrar a mi familia que no lo conoce. No estoy segura de cuál es la mejor manera de hacerlo aparte de la oración y me gustaría mucho tener su sabiduría en esta situación. Sé que el tiempo es muy corto y no quiero pasar lo que queda de mi vida terrenal envidiando el camino de otra persona, y así perdiendo lo que Dios quiere para mí. ¿Qué piensa usted de esto?
R: La mejor manera de saber si el Señor le está pidiendo que ore y ministre a su familia es comenzar a hacerlo. Estudie y ore con Romanos 12:1-2 y 1 Pedro 3:1-6 para tener una idea más clara de lo que el Señor le está diciendo. (Creo que es apropiado expandir el mensaje de Pedro para incluir a toda su familia). Para mí tiene sentido que el Señor pueda llamarla a esto, y si es así, es una de las cosas más importantes que una madre podría hacer.