Fe versus comportamiento

Q

Martes 23 de noviembre de 2021

P: Yo conozco a alguien que es muy buena persona y muy generosa, pero que se acuesta con mujeres y no tiene ningún remordimiento. Yo le mencioné “nacer de nuevo” y él me dijo que había recibido al Señor a una temprana edad y que él sabe que Dios lo va a llevar en el Rapto. ¿Cómo se ajusta eso a los ojos de Dios?

A

R: Algunas veces es difícil poder reconciliar el comportamiento de una persona con sus creencias, especialmente cuando él tiene esa desdeñosa actitud sobre el asunto, pero la verdad es que nuestro comportamiento no es la base para nuestra salvación. Si creemos que Jesús murió por todos nuestros pecados y resucitó de nuevo, eso nos califica para la vida eterna.

Cuando creemos eso, nos convertimos en una nueva creación a los ojos de Dios, y hemos sido perfeccionados para siempre (Hebreos 10:12-14). Ya Él no nos atribuye nuestros pecados a nosotros, sino al pecado que habita todavía en nosotros (Romanos 7:18-20). Así es como eso se ajusta a los ojos de Dios.

A pesar de ello, existen numerosas exhortaciones en el Nuevo Testamento para que nosotros vivamos de acuerdo con lo que hemos alcanzado (Filipenses 3:16). Debemos comportarnos de una manera que le dé el crédito a Dios y a no entristecer al Espíritu Santo con el que hemos sido sellados para el día de la redención (Efesios4:30).

No se nos llama a hacer eso para ganar o mantener nada, sino en agradecimiento por lo que ya se nos ha dado. Yo opino que esa persona está demostrando una terrible falta de agradecimiento por lo que el Señor le ha dado.

Pero es importante recordar que la diferencia principal entre él y nosotros es que sus pecados son bien conocido a otras personas. Quien trabaja para mantener la apariencia de justicia, pero abriga pensamientos de ira, envidia, lujuria, orgullo, etc., etc., es igual de pecador. Todos hemos pecado y estamos apartados de la gloria de Dios (Romanos 3:23) ya sea en pensamiento, palabra, u obra.

Yo no estoy disculpando el comportamiento de esa persona en ningún sentido de la palabra. Pero lo que estoy diciendo es que sería un error para cualquiera de nosotros, creer que somos mejores. Al contrario, nuestra propia respuesta debería ser pedirle al Señor que perdone a esa persona (1 Juan 5:16). Quién sabe cuándo necesitaremos esa oración nosotros mismos.