Martes 16 de noviembre de 2021
P: Tengo una presunta acerca de la Seguridad Eterna. ¿De dónde vienen estas escrituras con respecto a “la fe sin obras está muerta” y “tú dices que crees, los demonios también creen y tiemblan”? Para mí están indicando que solamente el creer es necesario para el acto inicial de recibir la salvación, pero después de haber recibido al salvación hay ciertas expectativas que deben cumplirse para mantenerla. En otras palabras usted no puede simplemente decir yo creo y luego dejarlo ir. Solamente estoy tratando de unir las piezas y obtener un entendimiento correcto. Le agradeceré mucho su ayuda.
R: Ya sea que la creencia que usted tiene no es consistente con las Escrituras, o Jesús no fue suficientemente franco cuando se le preguntó qué clase de obra Dios requería de nosotros. Él dijo, “Esta es la obra de Dios, que ustedes crean en el que él ha enviado” (Juan 6:28-29).
Las frases que usted citó son de Santiago 2. En la cita sobre los demonios que creen que hay un Dios y tiemblan, Santiago se estaba refiriendo al hecho de que los demonios creen que hay un solo Dios porque ellos lo han visto. Pero puesto que no lo aceptaron como su Salvador, todo lo que pueden esperar ahora es Su ira. Por eso es que tiemblan. No es suficiente en creer que hay un Dios. Usted tiene que creer que él murió por sus pecados.
Cuando él dijo que la fe sin obras está muerta, quiso decir que la verdadera fe nos impulsará a hacer cosas buenas en agradecimiento por lo que se nos ha dado. El Espíritu Santo, que habita en nosotros, nos motiva para hacer esas cosas. Así que no solamente decimos “yo creo” y allí lo dejamos. Ese es el punto
Mientras que somos advertidos a comportarnos de una manera que agrada a Dios como una forma de demostrar nuestro agradecimiento, en ningún lugar la Biblia nos dice que debemos cumplir con ciertas expectativas para mantener nuestra salvación. Esa idea niega la Doctrina de la Gracia y es el caso de una persona tratando de justificarse a sí misma ante Dios, para de alguna manera demostrar que merece ser salva. Recuerde esta simple fórmula. Fe más obras igual a obras (Romanos 4:4-5). Nuestra posición ante Dios se mantiene por nuestra fe, no por nuestras obras.