Ganando la corona de la victoria

Q

Martes, 17 de octubre de 2017

P: Primero déjeme decirle cuánto me gusta su sitio web—es extraordinario y muy informativo. Estaba leyendo 1 Corintios 9:24-27 y mi pregunta es ¿cuál es la corona que obtenemos aquí? (Yo sé que no es la salvación). También, ¿cuál es el significado del entrenamiento estricto?

A

R: Usted está en lo correcto al decir que no es la de la salvación. Las personas a las que Pablo estaba escribiendo ya eran salvas.

La corona que él mencionó en 1 Corintios 9:24-27 es la corona de la victoria. El entrenamiento estricto es con el propósito de desarrollar las habilidades que necesitamos para contraatacar las tendencias naturales de la carne.

El éxito en muchas cosas, ya sea que fuera aprendiendo a tocar un instrumento musical o algún tipo de deporte, requiere la habilidad de actuar sin tener primero que detenerse a pensar. Esto es especialmente cierto en situaciones de competencia. Mientras más serios seamos para obtener el éxito más estricto será el régimen de entrenamiento.

Esto es especialmente cierto en situaciones de competencia. Los atletas compiten unos con otros y solamente habrá un ganador. Para recibir la corona de la victoria nosotros estamos compitiendo con nuestra propia naturaleza pecaminosa, así que todos podemos ser victoriosos.

Los atletas se alistan en un entrenamiento estricto para obtener recompensas temporales. Nosotros lo hacemos para obtener recompensas eternas. En el gran panorama de las cosas, ¿quiénes deberían estar más motivados para entrenarse, ellos o nosotros?

En Efesios 4:22-24 Pablo dijo,

En cuanto a su pasada manera de vivir, despójense de su vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; renuévense en el espíritu de su mente, y revístanse de la nueva naturaleza, creada en conformidad con Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

Y en Romanos 12:2 Pablo dijo,

Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.”